El eternista

Daniel Rabal Davidov

Arte: Verde Agua

Recuerdo que solía tener inmensas alas doradas y volaba por encima de los mares como un Eclipse vuela en las almas que se ahogan en su sexo. Podía hacer todas las libaciones a mí mismo porque la Luna y el Sol, que eran mis padres, me besaban las mejillas. Recuerdo que había superado los límites del tiempo y que era divino como la muerte resucitada. Como El Ángel besando a alguien por el placer espiritual… Y mi padre: ¡El Gran Mafarka! Bailaba con las ninfas en un mundo que ya no existe. ¿El Futuro? Murió. Yo declaro la muerte de todos los futuros, de todos los post, del pasado también, pero eso sería si hubiese resucitado y sólo los vivos resucitan. Y declaro el entierro de los pseudos y de las copias de las copias de las copias. Seguirán andando por las calles pero lo harán como lo hace la mayoría de la gente: seres muertos que tienen el movimiento/la inercia motora. Y sofocaré las olas con mi mano inmensa y derrocaré gobiernos con solo mirar. Mi Voluntad es ETERNA. Yo soy como un inmenso atardecer en el Sahara, como una bala entrando en el pecho de una nube lagrimeante, como la llama de Prometeo alzada en su mano firme. Y recuerdo haber sentido emoción al ver la sangre, pero ya no. Porque ahora SÉ. Y bendije, en una ocasión, las oraciones de los ancestros como si hubiesen desaparecido. Ahora sé que nadie desaparece porque todo es AHORA. El Tiempo y el Espacio, superados por mis padres, me han engendrado más allá de los límites del Espejo y yo lo puedo atravesar de ida y vuelta-. ¿Qué quieres? Buscas, acaso, la gloria. Y la gloria te besa en las mejillas como Afrodita me besa a mí en este instante. Y es que el Eternista, que es un eterno YO, ama más que nada. Porque el Amar es infinitamente Eterno, infinitamente Ahora, infinitamente Inmutable. Y hay que Amar la vida. Tomarla por completo. El Ímpetu, en mi corazón, me guía hacia las orillas de un mundo donde me encuentro con todo lo que existe, en lo que antaño llamaron ayer y mañana, y allí y aquí, y cerca y lejos: PORQUE EL ETERNISTA VIVE AHORA. Y  ahora es al mismo tiempo un tiempo y un lugar que no tiene tiempo ni lugar. ¿Qué hay más allá? Declaro también la muerte de todo manifiesto porque han de desaparecer las proclamas e inclinar la cabeza ante el POEMA, que es el Hecho hecho AHORA. El Ser de lo no-material hecho carne. ¡Acaso he conocido poema más bello que una aurora reflejada en los ojos del Amor! ¡Que el rostro del orgasmo! ¡Que el Ímpetu de la Victoria del Sentimiento! Oh, escucha al ETERNISTA, que ha cenado a la mesa con todos los seres de vuestra historia, también la que viene, y ha descubierto que solo el rostro que mira tras el espejo del cielo os puede aclarar algo. ¡Pero no hables demasiado alto a quien no comprende! Las manos alzadas, hermanos, pues la Victoria del ETERNISTA es gloriosa, es Eterna, es Infinita. Prolongo el Instante porque el Instante es lo único que hay. Y todos los Instantes existen a la vez. ¿No sabes que todo sigue haciéndose como se hizo y se hará por tu propia mano a la luz de otras estrellas, a lo largo, del Universo Eternista, que son la nuestra en instantes diversos que se van reflejando en el espejo… ¡Toma la VIDA! ¡POETIZA LA VIDA! Ahora. Siempre Ahora… YO: EL ETERNISTA. Te veo con mis ojos llenos de Infinito y te beso en los labios, gran tiempo atemporal, volando con alas de infinitud y alma de CREACIÓN.


Daniel Rabal Davidov (Madrid, 1998). Narrador, poeta y músico. A la edad de 17 años publicó su primera novela Las Brillantes Luces de la Ciudad (Amargord Ediciones, 2016) y participó en las Ferias del Libro de Madrid, Soria y El Escorial. En octubre del 2017, presentó su primer poemario: Cánticos Revolucionarios (Amargord Ediciones, 2017) y en 2018, su tercer libro: Cuervos (España, 2018). En ese mismo año, fue invitado a participar como uno de los representantes de España en el festival internacional de poesía: The Americas Poetry Festival of New York (TAPFNY).