
Atravesar verdades, disponer del tiempo, abandonar las banderas que dividen, usar la ceniza la madera para obtener mármol, regresar a la ciencia alquímica de las palabras, construir botes aéreos para agujerar la luna… Quizá esa sea la lucha que debe emprender la poesía. Inútiles destellos en la vida de consumo, sí, pero destellos honestos de humanidad. Porque algunos dicen que se perdió el logos para siempre, eso no impide que deba buscarse. Asumimos ese compromiso artístico, no porque seamos mejores sino porque buscamos ser quienes debemos, sea nuestra periferia un exilio o una nada.
Y nada más noble que batirse por nada, diría el Cid
Estamos acostumbrados a deambular por las calles más peligrosas de la ciudad y emborracharnos hasta confundir a la Quimera con nuestra madre; a dejar nuestras últimas monedas, cruciales para el regreso a casa, al limosnero. Asimismo, consideramos posible convivir con la burguesía, tomar sus vinos y seducir a sus parejas. Somos snobs y dandis por devoción, y a veces, azarosamente, por un mandato desconocido. Nuestra posición de clase es una especie de lumpen nihilista que ha comenzado, igual que Eduardo Haro Ibars, su carrera en los excesos. De tal forma, ostentamos en nuestro rostro la soberbia de quien conoce dos caras de una misma verdad.
Porque quizás la única verdad es que por leer y escribir entró la locura al mundo
Así lo entendió el más famoso de los caballeros andantes, y dio su vida por ello. Trascendencia vital o desaparición. Entrega. Lucidez exaltándose en la locura. Llegar casi al arte; reflectar el cielo, a lo Mallarmé. En ese mismo punto, creemos, deben vivir y morir los poetas. Buscar la belleza a toda costa, aunque la vida trate de impedirlo.
Cf. La biografía de Lord Byron
La poesía tiene rumbos que no comprendemos pero que suscitan el peligro de un destino. De antemano sabemos, que esta posición no es cómoda para cualquier familia, pueblo, Estado con el sol judeocristiano a cuestas. Al declararnos poetas ensuciamos el alma, por lo que buscamos sencillamente ser hombres o mujeres. No tenemos distinción sexual aparente, somos el delicioso banquete que nos eleva. En nuestras noches más exitosas, el estro poético que destilamos nos vuelve semejantes a los ángeles.
Nos besamos entre nosotros para estimular la flauta de Pan
Como se ha visto hasta el momento, hemos decidido empezar a criticar la poesía desde la forma en que se vive. Hoy, cuando la mayoría de los poetas aspiran solamente a la vida del artista y no al arte, nos rebelamos para conseguir en esta última cruzada argonauta las sensaciones verdaderas. La vida como un poema, no como su adulación o prostitución.
Recordemos por decir algo, la desaparición de Arthur Cravan
Estamos conscientes que el más grande éxito será morir sin el mismo, a la manera de Fernando Pessoa. No por ello, buscamos dejar de lado al Otro, a quien nos significa y da sentido para desarrollarnos en la soledad o colectivamente. No negaremos, como los mediocres, al amigo (que es un dios, que es un amante…), así esté oculto como voces en las piedras. Solamente de esta forma compartimos la posibilidad de, luego, crear un arte comprometido y crítico con su propia realidad [a la manera de Jean-Paul Sartre], consciente de su papel en la Historia y, sobre todo, hijo de su tiempo.
Apoyamos a quienes sufren la Historia siempre. Paz tuvo razón, siempre somos nosotros
¿Y quiénes somos nosotros? somos ellos, los amantes que deambulan sin importar las consecuencias; somos tú, que superaste la herida del solipsismo, que te enteraste que estás afuera (lo supo Heidegger mientras se perdía en los bosques), tú que cruzaste el océano para encontrarnos. Porque si no somos concordia entonces no nos queda nada. En esta época de inmediatez y velocidad, ¡escucha a los griegos! Podemos ir a dormir juntos y despertar dentro de mil años, o devorar las toneladas de odio y entregar a cambio una verdad. Olvidemos las envidias y las injurias, ya no queda tiempo para aquellas, nuestras manos son materia, sí, pero nuestras palabras pueden ser eternidades, siempre y cuando encuentren una reconciliación.
Porque si creemos en algo, es que la amistad es la virtud más pura que existe
El proyecto es amplio, pero está claro. Además, en tanto está encaminado al fracaso más que a la victoria [Beckett supo que debemos seguir, debemos resistir], sabemos que en nosotros y sólo en nosotros está la puerta a una nueva sentimentalidad, y por supuesto, una nueva forma de habitar poéticamente el mundo.
No importa que nuestras extremidades sean heridas por las violetas en el campo
No sabemos si la nueva sentimentalidad sea ahora lo suficientemente fuerte. Pero sí aseguramos que empezaremos a morder, y fieramente. De entre aquella violencia surgirá una ternura que esperamos, no solamente nos rescate a nosotros sino a todo aquel que haya dejado una flor en su camino. Porque todos padecemos de lo mismo. ¿Acaso no sientes la misma soledad, acaso no te embargan las mismas penas? ¿Acaso no nos refugiamos en las mismas palabras? No es casualidad que junto a Góngora proclamemos:
A batallas de amor Campos de Plumas
La poesía no ha fallado en ningún momento de nuestras vidas, llegó el tiempo de corresponder.