Una siempreviva para Roque Dalton

El mes de mayo, desde 1975, ha sido siempre un motivo de gran tristeza en mi corazón. El 10 de mayo, Día de las Madres, que en El Salvador es sinónimo de alegría para festejar la vida, ha sido desde 1975 motivo de una profunda congoja y frustración. Ese día escogieron los asesinos de Roque Dalton para clavarle una estaca a nuestra familia y al alma nacional, porque ese día lo asesinaron de una manera cobarde y vil. Este año conmemoramos el 40 aniversario de aquel terrible crimen, así como también celebramos los 80 años del nacimiento del poeta.

Los asesinos llegaron a la casa donde lo tenían recluido, donde lo torturaron con golpes y trataron de infligirle miedo, para matarle a tiros. Una mujer salió de la casa clandestina y se puso a reventar «cuetes» (pirotécnicos), aprovechando la festividad para las madrecitas, pero en esencia era para disfrazar los balazos que les dieron al obrero Armando Arteaga y a Roque Dalton.

Más tarde sus cadáveres fueron metidos en una gran bolsa de plástico, los subieron a un pick up, les tiraron encima unas colchonetas y se condujeron a El Playón. Alguien ahí había cavado el hoyo donde los tiraron, les echaron tierra y se marcharon. Esa noche el comando asesino redactó un comunicado anunciando el «fusilamiento», mismo que dieron a conocer en un comunicado el 28 de mayo de 1975.

Ese lugar exacto donde fueron enterrados Roque Dalton y Armando Arteaga nunca ha sido revelado por los asesinos. Pero sabemos que existe. Y lo que es peor y más inaudito es el velo de impunidad que aún permanece desde el Estado mismo, especialmente, desde que en 2009 llegara al poder el primer gobierno de izquierda; impunidad que se mantiene en el presente período presidencial.

Juan José Dalton

Muestra de poesía comprometida de Roque Dalton