
“No hay mañana. Esta es, en adelante, la razón de mi libertad…”, escribió Camus en aquel libro famoso que esgrimía, desde su inicio, que el suicidio era el problema filosófico por excelencia. No obstante, ahí se volvería también hacia las experiencias literarias (Kafka, Dostoyevski, Shakespeare…). En el fondo, responder si nuestra vida vale o no la pena de vivirse es responder a la única pregunta literaria. Y como le gustaba al argelino, la respuesta puede ser desconcertante, por contradictoria, pero incontestable. La poesía de Antonia Pozzi está siempre “bajo un cielo invernal sin golondrinas“, tan atenta a los paisajes como al borde de su corta vida. Una experiencia, a veces, sólo brinda su significado cuando compromete la conciencia de uno mismo (“cuando la sombra te obsequia / su mano / te desconoces”, dice Edward Álvarez)… Se requiere, entonces, admitir como una condición de vida hacer luz para el fin, que el acto de creación sea digno de su muerte.
Nuestro lector encontrará en esta edición juegos de dualidades y reflejos donde la esperanza se ha aplazado para abrir paso al instante. No hay lugar para “esperar / a la remisa / posteridad”, como escribió Rolando Revagliatti. El tiempo, un tema dominante en el presente número, va a conjugarse con preguntas sobre la figura del «autor», incluso como personaje de su propio fondo escritural. De ello tendrá constancia al leer los textos de Reynaldo Bernal (El tiempo del escritor), Víctor Lowenstein (Hombre de papel) y, por supuesto, Leonardo Padura (El escritor y sus costuras), que, por cierto, volverá a Camus al recordar el modo de abordar, en su propia obra, la interioridad. Uno de los primeros objetivos de un creador pudiera ser, precisamente, como lo dirá Samuel Rivero, “reconstruir una costura /a partir de la experiencia / y el acercamiento / a otro / que junto a las luces / se balancea / y nos transporta / al momento”.
Pese a todo, es en los otros y en quienes nos anteceden donde ya se marcan los caminos a seguir. El filo de nuestros ancestros puede ser el mismo que se clave en la obra propia para hacerla fértil. Juan José Dalton recuerda aquellas condiciones en que falleció su padre, Roque, para abrir espacio en la memoria literaria, que jamás compite con la historia porque la completa. No hay divorcio creíble entre ellas y es por eso que la lengua siempre va a aludir a su trayecto, a sus orígenes. Tenerlo bien presente nos obliga, nuevamente, a presentar esa compilación de poetas salmantinos que Y. Arroyo preparó para dar cierre al 2023: Altar de piedras bronceadas. Muestra de Poetas en Salamanca. Que el público sea quien atienda y dé su parecer para este esfuerzo que, desde el principio, busca respetar la comunión de autores jóvenes y conocidos. Es este nuestro afán para el principio de un nuevo año que depara a todos oportunidad para asumir su propia libertad de leer, de comprender…
Los editores
Diciembre de 2023