Carlos Peña

I
Estirarse es cosa seria
se los dice un analfabeto de tendones.
Concentre su vista en un objeto y no desenfoque.
Puede ser la campana de plata sobre la mesa
que brilla al fuego de la vela.
Mire cómo quiere volver a su fundición
cómo destella su nacer todavía.
Así usted debe desnacerce (pero no demasiado).
Recuerde que su cuerpo más que materia es llamada
al espíritu que recorrerá su sagrado
igual a la campana cuando suene.
Luche no contra, sino con la tierra y respire.
Enraizar las corvas no le va a costar dinero.
Ya exhausto de lo flexible llegue a su relajación última
(pero no demasiado).
La campana seguirá sobre la mesa
con el destello de su nacido aún
(pero no demasiado).
II
La calistenia del imaginario
Al hombre de 7 manecillas
7 ausencias de campana
le estorban su parar.
Metódicamente estira su carne flexible
libera el silabario con alfabeto de átomos
preparados en punto del mechero de su cuerpo.
Con mente sube a la barra impulsando lo desconocido
(el cuerpo memora de alma trizadura de cosas amadas)
llega arriba y baja repetidamente
tenso muscular albedrío.
Palabras que afloran de su animal
secreta sudoríparos seres versarios
que de tanto impulso vuelan a grafía.
Oficio del músculo para otro poema
con tendones dopamínicos y arterial
unión la máquina de su anatómico
sol con mar escribe en el libro de su cuerpo
III
La cabeza de Alfonso Reyes
A 50 metros de profundidad se esconde.
No una gema o zafiro.
Simple geología orgánica ya inerte
que brilla por ausencia
¿Pesará lo de aquella testa Dariana?
¿o serán de puro osmio sus ideas inertes?
Un balón de osmio pesa 120 kilos
similar a una cabeza es como
los 120 libros que tengo de Reyes
¿Son un balón de osmio con miedos
deseos y secretos que nos siguen?
No una joya, algo sin nombre
enterrado en algún sitio que usamos
para alumbrar las horas.
Acaricia el lomo de lo inmaterial.
Dale a tu criatura su pedazo de galleta
deja que juegue un rato en lo oscuro.
Brilla sólo a ti como un sol
personal al que giras en órbita.
La cabeza de Reyes puede ser
el planeta a tu ser transitivo
¡Tanta Grecia, Mallarmé y teoría literaria!
Joya a lo Goethe que planeta escepticismo.
Nuestra consolación contra lo inacabado
e imperfecto se refleja también ahí.
Obra trunca
como la traducción de Reyes de la Iliada
– homérico fracaso en lo pueril
de tu existencia –
pero con la testa de regalo
de tu bello secreto:
la cabeza escondida de Alfonso Reyes.
IV
Salidas de emergencia
de entrada no sirven de mucho
como un juego de pin pon
con mancos de derecha que se saludan
tus no tus sí nonatos que te habitas
pasan camaleones de risa a estatua al rabillo de ojo
tus fracasos cuantitativos de limbo
esa saboteada muedera de pluma quetzal
de hijos que no fueron
padres del siempre te comparten
el pan dando al suicidio simulacro
y el verso devuelve la pelota que dice
de un juego contra uno
Cuida de no perder los poemas que no fuiste
el plural de tus mutilados días
salidas de emergencia a ninguna parte
V
Redoblado corazón en tu cuerpo
até a tu raíz para huir de lo ilusorio
Conectada dicha de un resonar diminuto
-máximo centímetro al milenio elevado-
el ruido de afuera no te deja percibirlo
Mira palpa oye sobre el tambor de tiniebla
con el oído de los corazones
que a lejanía tan cercana
te causa terror e incertidumbre
Hay en tu vientre del primer recuerdo al imposible
Su pequeñísima y escéptica esencia
de futuro en tí anticipa y funda
gemelo resonar en tus redes
Siente palpa mira en tu sangre
el rocío del jardín
Has vuelto por tu primer muerto
para sembrarlo en tu vientre
Exígele flores aunque tengan filo
Cantos para los ojos del abismo
Cuatro sístoles contra el miedo de silencios
Dile que el vacío de la carne
lo ahuyentas a diastólicas mentadas
con trabajo de amorosa mordida
Tu alma es redentora de sepulcros
Palpa mira siente la luminosidad de lo oscuro unida a tu cuerpo

Carlos Gómez (México, 1991). Estudió en la facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, campus Ciudad Universitaria, la carrera de Lengua y Literaturas Hispánicas. Es autor del libro de poemas No es vuelo el verbo de pájaros bajo el sello de la editorial Buenos Aires Poetry. Actualmente se desempeña como librero de tiempo completo y lector.