Adriana Davidova

¡Detente!… Tus golpes no acallarán el sonido de mi voz Miedo—–
En el silencio de la cocina hace frío
Estoy muy quieta para que no me percibas
para que no te percates de que mi cuerpo tiembla de pudor
¡Detente!… Tus golpes no acallarán el sonido de mi voz En el silencio de la cocina
hace invierno
Estoy refugiada detrás de las tostadas, de la leche tibia, del café que hierve para que tus gritos no estallen en mi manzana recién cortada
¡Detente!… Tus golpes no acallarán el sonido de mi voz En el silencio de la cocina
hace ruido
Estoy ocupada en encenderte la tele, plancharte la camisa, hojearte el perió-dico, lavarte los cubiertos
¡Detente!… Tus golpes no acallarán el sonido de mi voz Detente…
Para que los golpes y después los llantos
no lleguen al cuarto de los niños, donde aún es verano
Nosotrxs
Me intentan acallar y yo sigo
Me tapan la boca y muevo las manos
Me atan las manos y sacudo con fuerza las piernas Me agarran de los pies
Me agito entera
Me ponen zancadillas y yo… Vuelo Desde abajo me disparan
pero me convierto en aire
Y luego vuelvo a ser cuerpo encarna-do cuerpo sólido
materia de vida cuerpo que nota cuerpo que siente cuerpo que piensa mente
cuerpo que desea alma
espíritu inquieto anhelo
Y vuelvo a can-tar boca
ma-nos pies pier-nas
Canto con to-do lo que soy
Y canto lo que quiero, lo que veo, lo que sé
Y nadie, ni tú ni ellos
me haréis callar
Cuando arde
el fuego de la ho-guera los huesos se quiebran se parten, se esparcen Y mi espíritu
con ellos se esparce con-vertido en llama, ceniza, humo
Se esparce por el mundo en-tero Como un pensamiento compartido
Como una respiración de to-dos Como un mantra
repetido
Metido en el corazón
de todos los que rodearon el fuego de todos
los que aplaudieron la quema De todos los que te lloraron Y cada uno
Cada una
Se lleva incrustadas se-millas de hueso
semillas de espíritu re-belde, semillas de bruja y embrujo Semillas in-crustadas
en el corazón
que late hasta la muerte de lo vivo Y vive así
Siempre
Soy
Soy un estallido de gritos tras el silen-cio Soy un átomo del relámpago
Soy un estrépito
Soy el esternón en medio de la nada,
que respira con la agitación propia de algo desgastado y trémulo
Soy pequeña, soy volátil,
soy infinita dentro de la médula ósea del mundo Soy respiración en la asfixia
Soy el movimiento en tu parálisis
Soy un reptil, un insecto, un fósil de dinosaurio
Soy el embrión depositado en la matriz de un futuro próximo
Soy arena en tus ojos
Soy la ausencia y lo eterno Soy el ojo ciego de la justicia y el ojo que lo ve todo
Soy un primate sin deseos propios
Soy un ave fénix, un gorrión que se congela entre la escarcha acumulada sobre el alféizar
Soy un perro que no tiene dientes,
para morder rabiosa, la mediocre masa gris de días sin destino
Soy un latido
¡Un único latido,
que se expande sin fin!

Adriana Davidova (Sofía, Bulgaria, 1975). Escritora, actriz, dramaturga, directora y guionista española. Ha publicado los libros Hacer el Amor a un Ángel (CYAN, 1995), La Hembra Apócrifa (2013), Matar al Amor (Amargord, 2020) y Alerta Latido (Amargord, 2021), entre otros. En 2019 y 2021 dirigió y protagonizó la obra de teatro Lapidada, de la que es autora. Como actriz, ha aparecido en diversos largometrajes y escrito varios guiones para cine que le han merecido reconocimientos como el A.E.T., en 2007, y el Premio especial del Jurado en Málaga, 2001. Es autora de la sección literaria semanal Alicia en la Realidad de la revista virtual cultural Divertinajes y escribe como colaboradora artículos para Tarántula y Blanco, Negro y Magenta. Fue finalista del XXIX Premio Ana María Matute y ganadora del primer premio del XV Certamen de Poesía Mujeres Silenciadas Argentina Rubiera, por el poema “En memoria”.