Poesía Joven de Madrid

No creemos en la muerte del arte, y tampoco creemos en la sociedad pánfila que todo lo acepta y todo lo calla. Nosotros estamos vivos y es a los vivos a quienes hablamos. Hemos visto la destrucción de aquello que era puro, atávico y salvaje. Hemos contemplado desde la posteridad cómo se masacraba impunemente la libertad, el espíritu del mundo y la vida para ser sustituidos por sofismas,  por conceptos muertos, por poesía muerta. El mundo gris que todo lo reduce a la mediocridad, al prosaísmo y a esa vida deforme (triste reflejo de la vida real) defendida por aquellos que ni viven ni existen siquiera, aquellos que hablan de postverdad cuando la verdad es eterna y solo puede medirse por la vibración de la sangre, por el tremar de los órganos, por el agitarse del corazón. Aquellos que copian y refunden, que acaparan dinero vendiendo lo más sacro que hay, traicionando a sus propias almas y traicionando nuestra cultura y nuestra herencia. Promoviendo como genialidad lo insulso, infusionando mil mediocres conceptos en tres frases aún más mediocres.

Movidos por la llamada de nuestro instinto, por el grito de la tormenta que ha de ser escuchada, por el espíritu de los tiempos y el espíritu de la naturaleza, que son el mismo, hemos despertado, nos hemos armado y hemos vertido nuestra sangre en juramento para entregar nuestras vidas a la Poesía. Poesía entendida como creación nacida desde lo más profundo de nosotros mismos. Ningún dogma nos ata, ningún estilo nos define como grupo… lo que nos une es nuestra disidencia frente a lo totalitario de nuestra era. Porque nuestra era es totalitaria. En un sentido distinto de lo que lo han sido otras, pero totalitaria al extremo de que se ven amenazadas nuestra libertad de pensamiento, nuestra libertad de movimiento, nuestra libertad como individuos… Y lo más grave es la falta de conciencia de este proceso gradual pero veloz de conquista sobre la vida del Yo y su sustitución por una colectividad de hormigas basada en la miseria: económica, moral, intelectual.

La Ilustración sirvió, hace no tanto, para liberar la mente de los ciudadanos y, a través de esta liberación intelectual-espiritual, liberar sus cuerpos de las ataduras del dogma, del miedo a las quimeras y del castigo severo a la disidencia. En nuestra era, pocos son los que no saben leer, o no conocen conceptos culturales básicos (he ahí la única victoria que pervive aún de la Ilustración), y solo por eso se cree que sabemos más que en otras épocas, que no caemos en los mismos errores. Se peca de vanidad. Pero si se comparase nuestra época con el mundo y la ideología de otras épocas veríamos cómo el puritanismo, la mediocridad y el totalitarismo económico, político, social y lo más grave de todo: mental y espiritual está volviendo a sumirnos en tiempos oscuros.

La cultura que se promueve en nuestro país no es la cultura liberadora de la mente y el espíritu que nuestros ancestros: Cervantes, Lope de Vega, Espronceda, Bécquer, Lorca, Dalí, Miguel Hernández, Ramón Gómez de la Serna, Carmen Laforet, María Zambrano (y tantos otros de tantas épocas que se hace imposible dejar ahora más que algunos nombres muy conocidos de ejemplo)… defendieron y cultivaron y expandieron por el mundo entero.

Sade citaba a España como cuna de la novela, como gran tierra de la poesía, como el lugar donde la modernidad literaria nació. Eso es nuestra tierra. Nuestra tierra y nuestra lengua. Lugar de nacimiento de esa chispa que se convertiría en llama y que liberaría durante siglos a aquellos que fueron ya esclavizados y perdieron su libertad en demasiadas ocasiones. ¿Caeremos como cayó Roma? ¿Dejaremos que la degradación mate la libertad y la civilización? Qué sucederá no lo podemos saber. Y si nuestra misión es hacer como esos últimos escritores de la Roma decadente, que dejaron para nosotros el placer, las imágenes y la poesía sublime de un mundo que es tan parecido al nuestro y que hemos tardado tanto en recuperar y tan poco tardamos en perder… que así sea. Nuestro deseo, sin embargo, es otro. Es reivindicar aquel arte, aquella poesía, conectada a lo más profundo de nosotros mismos. Aquella poesía que con su sola escritura, su sola lectura, puede reflejarse como un espejo de sensaciones en los otros y liberar la mente, liberar el espíritu. Traer a esta era apagada la llama de los dioses y encender un fuego que dure mil años. Convertir la mente única, el alma único y gris de los que habitan ese espíritu mecánico colectivo en millones de almas individuales, vivas y frescas y puras como la sangre que brota roja de la fuente, como el agua cristalina del Parnaso, como las palabras que se convierten en luz y vuelan junto al Sol por los años y viven en nosotros como vivieron en nuestros ancestros.

La vida humana es la vida de todos aquellos que fuimos y seremos a lo largo de los siglos. Una vida que surca la sangre, el alma, los genes de millones de seres humanos. La vida humana es también el YO de algunas personas que perviven dentro de otras muchas. El alma de Virgilio, de Cicerón, de Luciano de Samóstata, de Petronio y Apuleyo… todavía vive en sus escritos. La palabra es lo que nos hace inmortales. Y aún más: la palabra es lo que hace inmortal el alma.

En esta muestra de poesía de Madrid se presentan seis jóvenes poetas de la escena madrileña. Seis jóvenes creadores que buscan con sus palabras la libertad. Su propia libertad. Y haciendo esto, liberando sus almas, liberarán las de otros. En los versos que siguen hay pasión, hay desesperación, amor, esperanza, muerte, vida, sueños y palabras sacras… hay mundos y vidas enteras que comienzan a germinar.

Desde Madrid, desde sus calles, sus bosques y su río, enviamos a nuestros hermanos de lengua y de poesía una muestra de nuestra disidencia. Una disidencia que nace del alma y busca la libertad.  La libertad que nos hace inmortales. La libertad que hace inmortal nuestra cultura común. Desde Safo y Alceo en las costas de Mitilene hasta París, Londres, Buenos Aires, México, Nueva York, Madrid… Siempre, ¡la Libertad!

La presente muestra cuenta con los siguientes autores: Miriam Montano de Juan, Galo Abrain Navarro, Diego Godián López, Charles Pouzols, Almudena Yebra Romanillos y Daniel Rabal Davidov. Seis poetas nacidos en la década de los 90´s, que ejemplifican la labor literaria que se realiza en Madrid por parte de los jóvenes.

Daniel Rabal Davidov
A 1 de julio de 2020
Madrid 

Sobre el humo blanco (Poemas) – Miriam Montano de Juan

Piedras en los calzoncillos (Poemas) – Galo Abrain Navarro

Leve gris pureza de lo ido (Poemas) – Diego Godián López

Mooksm’ol de Potlach (Poemas) – Charles Pouzols

Marzo 2020 (Poemas) – Almudena Yebra Romanillos

Campos eléctricos (Poemas) – Daniel Rabal Davidov