Poesía inédita

La poesía de Ben Clark (Ibiza, 1984) nos sitúa de nuevo en el escrutinio del cielo —origen de la ciencia, de preguntas indomables para un ojo humano—. La policía celeste (Visor / Fundación Loewe, 2018) surge de una voz perfectamente a tono con un tipo de experiencia cada vez más olvidada en la modernidad —modernidad interminable por la que pasamos—: la de asumirse en un cosmos e interiorizar la vastedad difusa de sus tonos, de ese movimiento universal que, sólo con mirar, nos vuelve a tierra con la humanidad primera.

El Premio Loewe de Poesía 2017 vino a respaldar la trayectoria de un autor que arriba a estas preocupaciones, pero con distintas voces y buscando una escritura contra el ornamento romo: en un proceso inverso, va al tema de las pandemias graves, para reparar sólo en «colillas aplastadas frente al hospital», en las «certezas» de familias muertas, y cuando habla de sus propios poemas, sólo atiende aquella sombra que aparece a veces, luego de horas escribiendo, «debajo de un verso».

Tres poemas inéditos y dos del ya citado La policía celeste son algunas de las puntas de este número, que busca en el lector una respuesta igualmente cercana a lo terrestre, al claroscuro, a la primera observación del cielo, aun en lo inhóspito del «signo lapidario» que este año ha ofrecido al mundo.

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