
El perfil oceánico de Octavio Paz no se ha dejado de formar. Hermético, vidente o surrealista, continúa trizando escamas y surtiendo transparencias. Pero, al mismo tiempo, entre nosotros sigue el interés por dar con cierta trama del autor; esa que se ha ocultado entre palabrerías y complacencias. ¿En qué trampas cayó Paz tras afirmarse en lo moderno?; ¿qué tanto sus límites fueron la consecuencia? Estas preguntas rigen los ensayos de los dos autores que nos acompañan: Josu Landa y Douglas Bohórquez; nombres de amplia trayectoria que, esta vez, se paran frente al mismo pozo que el autor de Águila o sol se había inclinado. Sobre él fluyen más imágenes, pero con un sentido crítico, ya lo sabemos. Todo acercamiento verdadero al poeta tiene, de por sí, prohibida la alabanza cómoda y gratuita. No serán ni Landa ni Bohórquez quienes la hagan, despreciando así la fuerza primordial de toda vida artística: el diálogo veraz, comprometido…