Colaboración Especial de Aniversario

¿Si la materia hablara qué nos diría? La tierra, la corteza, la savia, la luz, un jardín, todos los jardines de la memoria. ¿Qué dicen? ¿Acaso el poeta presta su voz a lo que nos rodea y palpita? ¿O sólo hace representaciones del mundo?

No importa si las cosas guardan un lenguaje cifrado. Lo fundamental es ver lo humano en la materia. Coral Bracho alcanza eso. Se introduce en los objetos, los separa del paisaje, descompone sus formas, encuentra las moléculas que le hablan de la vida. Y así, cual centella, las coloca en otro espacio, el del lenguaje, para que nosotros contemplemos la sustancia, que aparece y se disipa, como estrella fugaz. 

Coral logra lo que muy pocos poetas hoy en día, crear un lenguaje personal, pero a la vez, universal. Sus palabras son las palabras del mundo que nos sostiene y es morada de todos. Con la mirada en la entraña, hace de lo sólido algo transparente. Extrae la sangre de las raíces. Al aire lo dota de peso para poder acariciarlo. ¿Palabras formadas de cosas o cosas formadas de palabras?

Ya muy atrás quedó la etiqueta neobarroca, la comparación con José Lezama Lima. Peces de piel fugaz fue sólo el nacimiento. Con Ese espacio, ese jardín llega a su primera cumbre artística. La del poema total. En Si ríe el emperador leemos a una Coral más política. Al igual que en Marfa, Texas, una especie de diario urbano, social, que arrastra el susurro de la naturaleza. No obstante, sería aventurado hablar de una ruptura en la estética de la autora, más bien creemos que hay una evolución.

Es difícil clasificar la obra de Coral, como es difícil su interpretación. Siempre alejada de la emoción simplista, superficial e inmediata, sus poemas implican un cierto grado de sensibilidad y reflexión. El lector toma parte activa, se hunde en el ámbar del lenguaje y asiste a un canto inagotable. Con cada relectura los silencios mutan en formas nuevas.

Sí, porque el silencio también expresa, transmite algo más auténtico. ¿Será ese el secreto en Debe ser un malentendido? En nuestra opinión, una segunda cumbre poética de Coral. Su último poemario, publicado en 2018, 15 años después de Ese espacio, ese jardín. Que una artista, galardonada con todos los premios literarios posibles en nuestro país, publique un libro de tal belleza y pasión a estas alturas de su carrera, sólo hace visible la enorme vocación poética y el compromiso que aún posee. Coral escribe con amor, al margen de los intereses crematísticos en el arte. Cada verso refleja lo dicho.  

Se pensaría, a priori, que Debe ser un malentendido, es un poemario lleno de tristeza. El tema principal, el Alzheimer de la madre. No obstante, la autora se las arregla para encontrar en el seno de la terrible enfermedad, las luces que iluminan ese territorio de oscuridades. Las sombras están presentes, en forma de silencio, pero la música aparece, como un rayo, como un ave, como una canción. Quizá como destellos de recuerdos que regresan del otro lado. Sólo una cosa no hay, es el olvido. Borges lo supo. En todo caso, Coral descubre algo grandioso. Que quien padece el Alzheimer nace todos los días. Por ello, asiste a la belleza de la primera mañana del mundo, la más pura, la más sublime, la que aguarda nuevas experiencias. Cada día la música se escucha por primera vez.

Para Campos de Plumas es motivo de inmensa felicidad contar con una selección cuidada por la autora misma. En este número de aniversario presentamos 5 poemas que forman parte del libro Debe ser un malentendido, también incluidos en su Poesía reunida (1977-2018), de Ediciones Era,y que hoy ven la luz por vez primera en versión digital. Es una breve, pero conmovedora muestra revisada por Coral, que invita a todos los lectores a sumergirse en el inmenso cause de su poesía. 

Cuando hablamos de los grandes maestros de la lírica contemporánea de Hispanoamérica, no tenemos reparos en pronunciar el nombre de Coral Bracho, autora de una obra de considerable calidad, acaso únicamente superada por su enorme generosidad y su gran corazón.

Así sea, lectores. Los dejamos con una de las poetas mexicanas más importantes de la historia, que aún tiene mucho que ofrecer a la tradición hispanoamericana.

Como una enfermedad en la que no entra nadie, dice

¿Cuál es el hilo que nos narra…?

Lo último que te aferra…

Ese lugar del que hablas

Como un oleaje en el fulgor del aire…