Undécima Presentación Editorial

Dos años han hecho ruta suficiente para que sintamos, junto a los autores congregados hoy, una señal despedazada por la luz, qué es lo que le resta al Tiempo de ser tiempo, como afirma Jorge Valdés Díaz-Vélez. En su propia voz, también, podríamos describir el recorrido de cualquier proyecto cultural que, en arrebato quijotesco, sale avante para más sorpresa de los propios que de los extraños: “La pesada silueta de los barcos (…) carga con la inscripción de sus estelas”.

Por supuesto, no hay estela si, antes, no se toma en cuenta el punto del origen, ese que no se haya, por supuesto, en una fecha donde se ha fundado una revista o se ha insinuado su proyecto. El punto del origen verdadero está perdido en una tradición o, más precisamente, en la asunción de alguna herencia. No obstante, este siglo deberá considerar, como nunca antes, convergencias de distintas tradiciones donde, se hable o no alemán, inglés, francés, habrá nombres cuya visita es más vital que “obligatoria”. Dos de aquellos son, sin duda, Paul Celan y James Joyce, que en nuestra edición onceava le aparecen al lector en las inéditas versiones de Mariana González y Eder Elber Fabián, respectivamente. Cartas y mensajes que legaron, no siempre sabiéndolo, al presente, con el fin de celebrar un nacimiento, otra estación del año, algún aniversario, pero con el resultado sublimante y transformador de la poesía.

En el campo de la traducción, por otro lado, la escritora rusa Teffi entra también a escena con La mujer demoniaca, narración llevada a nuestra lengua por Ksenia Kameneva. A un lado suyo, una horda aupada por el festival Fantoches muestra los avances últimos de la cuentística cubana, aunque también otro relato del chileno Ramón Díaz-Eterovic, con el acento de novela negra que hizo revivir al género de forma crítica en su país, hace unas décadas.

Junto a los anteriores, otros colaboradores que despuntan (y en algunos casos, dan su firma aquí no por primera vez) confían en recibir una lectura libre, de oídos vastos y ojos agudos, de los visitantes: Lizzie Castro, Miguel Ángel Real, Samuel Rivero y Mariana Viveros, entre otros. Sobra mencionar a Margarito Cuéllar, quien presenta sus inéditas Gacelas de Yunan en estas páginas virtuales, con la fe en el sol que, al mismo tiempo, «incendia y acaricia», nutre y despedaza: la de los que escriben, aprendiendo.

Los editores.