
En memoria de Alejandro Martínez Zaldívar
Nos guiaremos dando eco a tu sombra
Campos de Plumas es una publicación virtual que no ha perdido el entusiasmo ingenuo, enfebrecido, que distingue a los proyectos donde se involucran, sin recato, un pulso de renovación creadora, su oportuna crítica y las reconciliaciones poéticas del caso. Cuatro años después de aparecer, otra afición desértica se extiende por un mundo que, entre guerras y hermandades turbias, ha aprendido a aislarse (por supuesto, con la venia cómplice y discreta en buena parte de la intelectualidad): las crisis económicas, la última fase del Covid… y lo que esté por agregarse. Quienes animamos la revista, creemos que es preciso confrontar las púas, ahogándolas de luz; hacer conciencia histórica si no cede el barullo narcisista en las pantallas, en los testimonios líricos. El arte dirigido a concretar una función predicha, dice Fadanelli, pierde su capacidad beligerante, esa que induce inteligencia (¿Rebeldía en tiempos virtuales?). Tal cosa nos ha llevado a espabilarnos, con los oídos puestos lejos de la tierra, de los climas propios; adoptar un velo irónico donde goteen los adjetivos (como en la Naturaleza de la Patria, de Moscona) y desde Chile, Cuba o España, extraer del duelo una palabra justa (véase, por ejemplo, la compilación que urdimos de García Montero). Hace 300 años que en América es posible compartir, en español, esa agria sensación de estar fuera de sí, y volver sobre nosotros (o debajo) para asir in xóchitl in cuícatl. Así, hemos aprendido que enfrentar el aislamiento implica cuestionar las propias lenguas y los trances del dominio a la enajenación. Es oportuna aquella reflexión de Josu Landa en torno a las visiones sobre Oriente y su eco literario (en su reseña sobre el libro más reciente de Elsa Cross). Es necesario regresar a los añejos centros del pensar y recordar la ruta. Esta ocasión, por ello, hemos mirado a Salamanca —ombligo antiguo de la lengua— y preparamos una antología donde el lector se surtirá de abismos, tras creaciones como las de Luque, Siles y Colinas. A la par, ya sea en el libro o la revista, nuevos nombres tientan el camino, reinterpretan, comunican la misión. Hoy invitamos al lector a celebrar un año más, sabiendo que esto va a adquirir sentido sólo cuando pueda hacer la crítica, o cuando se comprometa con su voz y empiece a ahondarla. Está en un sitio para el diálogo, ¡sea bienvenido!
Los editores