Miguel Ángel Real

Museos
El arte busca el deslumbramiento de la ausencia.
Fernando Menéndez
1
El Prado tiene una luz eterna de mañana, despojada de envidias, sin alambres que interfieran en el deseo común de preguntas. Todo tiene un ritmo geométrico y sin embargo exento de cualquier marcialidad: una definición de la serenidad por encontrar.
La paciencia y la evidencia, la pausa y su moderada ambición de cambiar para volver a afirmar los que de alguna manera ya se sabe: esa obstinada búsqueda de armonía; lo bello, por eso, es un objetivo que rezuma errores. Que se lo digan a la blancura de las flácidas carnes del San Andrés de Ribera, que con su exactitud nos da lecciones para perseverar en la modestia: hay una visión del mundo que orbita en torno al resquemor de las sorpresas en su lucha frente a una juventud de antemano ajada.
2
Olvidemos la textura de los marcos, el oro que consigue difuminar las pinceladas, y por las claves que nos conceden los que ya descubrieron las lindes de la paciencia, saber ver. Cuando levantamos la mirada, hay pequeños porvenires, como esquejes que prometen luchar contra el empeño de los dragones y dar razón al aire.
3
No se arrepentía Velázquez:
era la perfección
por la duda.
Cómo le temblaba el pincel
para ser más certero,
para volverse invisible
y hacer que la belleza fuera
una eterna evidencia.
4
En un triángulo de luz, un mártir levanta sus brazos. Si nos impresionan las obras maestras es porque tienen el privilegio de saber estar sin preguntas. Al citarnos consiguen hacer llegar hasta nosotros una lección de pudor y de paciencia similar al sosiego que se gana cuando volvemos a la primera infancia y descubrimos que abrir los ojos frente al mundo es la primera gran querencia, un preludio a nuestro afán de comprender y de crear que carece, en sí, de pretensión de ser eternos.
5
¿Dónde está la obstinación? ¿En el deseo de saber reflejar la luz o en la firma que sella los halagos y es una seda que aspira a ser perenne frente a la fragilidad humana? ¿Hasta qué punto un cuadro quiere ser espejo? Tal vez los marcos sean más bien una barrera con la que se impide que el mundo llegue hasta el lienzo para que no interfiera con el baile de gestos que dejó el pincel. La sabiduría, si acaso, es lo que aportará el espectador que sepa huir de prestigios sellados.
6
El pintor presentía la muerte, y se esmeraba. Pero no tenía ningún afán por ser perenne: con los años, la conciencia de que nuestro destino depende de una determinada serie de contracciones musculares lo aureolaba todo con una levedad placentera. Perfección de pétalos sobre la tela, para que en ellos quedara reflejado el aprendizaje más que la soberbia. El tiempo, en ocasiones, consigue concedernos algunos privilegios, por poco que sepamos que nuestro lugar es más exacto cuanta menos vanidad queremos imponerle a los instantes.
7
Flota la infanta. Su cabello
dice que lo frágil es la luz.
Hay tantas miradas que atraviesan la pieza
-atentas, cansadas, admirativas, vacías-
que poco importa el lienzo:
los óleos son verdad aunque no quieran
pues conocen la importancia
de la paciencia.
El mastín
sigue dejando que Nicolasito juegue
y la dueña está oculta,
en la sombra que no muda.
8
La luz es una línea. Un resumen de dioses.
Es fácil la destreza. Pero no se lucha
contra el cambio perpetuo: el mundo gira
y lo que arrastra es luz también.
Nada sabemos.
9
Parece que nada ondula en el museo.
Todo está quieto. No hay podredumbre.
Se ha fijado el recuerdo de los bosques
para que los símbolos sean más que mera química.
No hay olor. Solo una costra admirable
como una premonición que nos halaga.

Miguel Ángel Real
(Valladolid, 1965) Licenciado en Filología Francesa por la Universidad de dicha ciudad. Reside en Francia desde 1991, donde trabaja como catedrático de español en el Lycée de Cornouaille de Quimper (Bretaña). Sus poemas, tanto en español como en francés han aparecido en numerosas publicaciones de España, Francia y América. Son suyos los poemarios Zoologías(Editorial en Huida, 2019), Virtudes de la inercia(Lastura, 2022), Como dados redondos(Ed. Cisnegro, México), del que se realizó una selección bilingüellamadaComme un dé rond(Editions Sémaphore, Francia), así como de los libros de poemas en francés Les rébellions inutiles (Ed.Douro, 2022) y Le givre promis (Ed. Tarmac, 2023). Como traductor de poesía contemporánea en francés y español, ha traducido -solo o en colaboración- a más de ciento cincuenta autores para diferentes medios en todo el mundo, publicando diversos libros en ese ámbito.