Mónica Licea

La calle
un ruedo
donde se me desprendió la
carne y por primera vez
conocí la belleza y la miseria
Me pregunto:
¿dios es un animal?
***
Perro bueno
muy bien
quieto
callado
Perro con el hocico
que no termina de reventar
No
Abajo
Perro sucio
¡No!
Perro ciego
de nostalgia feroz
¡Quieto!
Perro que se pudre
Perro que come perro
Muy bien
Muero
Eso
Así.
Hibernación
El pesado oso en mi espalda
trepa por mi espina dorsal y
me encaja sus garras cada noche.
Busca, olfatea y encuentra mi útero de miel
lo mastica incesante hasta que se atora
entre sus dientes.
Ese animal pesado que conmigo duerme
mamífero de robusta respiración
acecha con cautela
los menores espasmos de vida.
Le digo “quieto, hoy no”, y lo acaricio con torpeza.
Se recuesta a mi costado
su pelaje me cubre
y el aire se vuelve primitivo
como si estuviéramos al interior de una caverna.
Te extinguirás también, blanda furia
y contigo se irán todas las formas
los sonidos
el hambre
y la secreta vida
de los abismos que recorres.
Tus ojos al revés dicen llena el vacío con más vacío
El presente es blanco y limpio
el presente es el piso de un matadero
No sé si sabías, pero tener el corazón roto
es como montar un caballo enfermo bajo la lluvia

Mónica Licea (Guadalajara, 1990). Poeta y tanatóloga. Es licenciada en Cine Digital por la Universidad de Medios Audiovisuales (CAAV) y gestora del proyecto Voces Encendidas: Poesía en voz de sus autores desde el 2016. Sus textos han sido publicados en diversos medios digitales de México, Colombia, España, Italia y Estados Unidos, entre otros. Ha participado en numerosos encuentros nacionales de poesía y cuenta con las plaquettes: Visión de la ira(Sombrario Ediciones, 2017) y Perro Ciego de Nostalgia Feroz (Poesía Mexa). Actualmente está por ser publicado su primer libro (Hermano, por Revarena Ediciones).