Antonio Delfini

Ven.
Ya no pienso como entonces en las nubes blancas y grises y negras de las tormentas que nos hacían sonreír porque nos regalaban la espera de lo imprevisto.
No, pienso que un día habría podido acercarme a ti.
Pero todo se aleja.
Estoy siempre en la ventana, y las nubes pasan sobre mi casa.
Miro abajo en la calle la gente que pasa, y espero que en medio del silencio aparezca un recuerdo
un recuerdo para unirme a ti.
Pasó un coche que llevaba a un señor bien vestido
un vendedor de fruta
una vieja que parecía una niña
un joven que arrastraba los pies como un viejo
un teatro ambulante con decorados rojos y marionetas adentro.
Después pasaron todos los deseos de mi alma.
Más tarde, por la noche, tocaron el Ave María.
Pero yo esperaba que pasara un regimiento con la fanfarria para escuchar una vieja canción.
¿No sabes que durante este tiempo siempre he pensado que un día iría bajo tu ventana, a tocar aquella vieja canción con la fanfarria?
¿No sabes que se me hinchaba el pecho al pensarlo?
Y te vería sonreírme como te soñé.
Con un gran manto oscuro
un pañuelo al cuello
un bonito sombrero ancho en la cabeza
me presentaría frente a ti mientras las notas de la fanfarria alegrarían nuestros corazones.
¿Nunca has pensado en ello?
Ven y lo pensaremos.
Ya no quiero estar en la ventana y, si tú no vienes, me tocará volver a ver cada tarde a la vieja, al joven, al vendedor de frutas y el teatro ambulante rojo.
Pero cuando volvamos a cantar –porque ese día tarde o temprano llegará– entonces vendrás
y podré llamarte por tu nombre sin sonrojarme
porque ahora incluso el viento se ríe a mis espaldas cuando tu nombre aparece por todas partes porque mis labios lo han murmurado.
Attesa
Vieni.
Non penso piu come allora aIle nuvole bianche a quelle grigie a quelle nere, quelle dei temporali che ci facevano sorridere perché ci davano l’attesa dell’imprevisto.
No, penso che un giorno avrei potuto avvicinarmi a te.
Ma tutto s’allontana.
Sono sempre alla finestra, e le nuvole passano sopra la mia casa.
Guardo giú nella strada la gente che passa, e aspetto che in mezzo al silenzio compaia un ricordo
un ricordo per unirmi a te.
È passata una carrozza con dentro un signore ben vestito
un venditore di frutta
una vecchia che sembrava una bambina
un giovanotto che strascicava i piedi come un vecchio
un teatrino con le scene rosse e i burattini dentro.
Poi sono passati tutti i desideri della mia anima.
Piú tardi, a sera, han suonato l’Ave Maria.
Ma io aspettavo che passasse un reggimento con la fanara per udire una vecchia canzone.
Non lo sai che in questo tempo ho sempre pensato che sarei venuto un giorno sotto le tue finestre, con la fanfara a suonare quella vecchia canzone?
Non lo sai che mi si gonfiava il petto pensandoci?
E ti avrei visto sorridermi come ti ho sognata.
Con un gran mantello scuro
un fazzoletto al collo
un bel cappello largo in testa
mi sarei presentato a te mentre le note della fanfara avrebbero allietato i nostri cuori.
Non ci hai mai pensato ?
Vieni e ci penseremo.
Non voglio più stare alla finestra e, se non vieni tu, mi toccherà di rivedere ogni sera la vecchia, il giovanotto, il venditore di frutta e quel teatrino rosso.
Ma quando torneremo a cantare – perché quel giorno prima o dopo verrà – allora verrai
e potrò chiamarti per nome senza arrossire
ché adesso perfino l’aria mi ride dietro quando il tuo nome compare dappertutto perché le mie labbra l’hanno mormorato.

Antonio Delfini (Modena, 1907-1963). Outsider por excelencia, en años recientes la obra de Antonio Delfini se ha vuelto un referente de culto. Autor polifacético, transitó por diversos géneros: desde el cuento a la poesía y del ensayo al diario. Su obra más reconocida es sin lugar a dudas la colección de cuentos Il ricordo de la Basca, reelaborada a lo largo de los años hasta su publicación en 1963 con el título de Racconti, acreedora del premio Viareggio. Su producción literaria (en muchos casos dispersa) ha sido reunida en diversos volúmenes: Autore ignoto presenta (2008), Poesie della fine del mondo, del prima e del dopo (2013), así como sus Diari 1927-1961 (1982). Sirvan como introducción a su lectura las palabras que él mismo eligiera para presentar sus publicaciones: “Este autor desconocido que se les presenta seguramente es un imbécil. Pero ustedes no están seguros. Dense la satisfacción de llamar imbécil a un desconocido con las cartas en la mano. ¡¡¡¡Adquieran mis publicaciones!!!!”

Israel Mireles (Ciudad de México, 1987). Italianista de formación e hispanista consumado: ha hilvanado su trabajo siguiendo el camino de la literatura comparada. Ha realizado sus estudios en la UNAM así como en El Colegio de México. Sus líneas de investigación son la narrativa española e italiana del siglo xx, así como la literatura latinoamericana en los albores del siglo xxi.