Víctor Palomo

De Vigilancias: poemas y canciones, Acequia Mayor, Saltillo, 2015
Abre Drácula
Cuando el amor clave a tierra tu corazón con una estaca.
Cuando la noche toque a puerto
y no quede a bordo uno solo de tu tripulación.
Cuando la ciudad arda
y su aire caliente dé contigo.
Cuando ese aire te proscriba
cuando te proscriba esa ciudad.
Cuando tu país te proscriba
y sea arrancada de tu lado la bandera de la Victoria.
Cuando te proscriban los cielos y los mares.
Cuando todo te proscriba.
Abre Drácula.
Cuando la muerte llame insistente a tu puerta
vestida de ropajes de amores brillantes
y abogados tomen tu vestíbulo llenándolo
de requerimientos y actas de divorcio
cuando te sangren las encías
cuando enrojezcan tus ojos
y se evapore la verdadera razón del sueño
y a tus insomnios acudan las imágenes vivas
del mal y la locura.
Cuando no haya paz en tu corazón
y la ira de Dios doble la techumbre de tu casa.
Abre Drácula.
Come de Drácula su corazón en un plato
escucha la sabiduría inmortal de los condenados
encuentra la reconciliación del hijo con el padre
busca en él el camino de la sangre.
Abre Drácula.
Cuando la vida eterna quiera llevarte.
Cuando venga a tentarte la idea de la salvación.
Cuando la idea del más allá venga a ti.
Cuando venga a ti la idea de la resurrección.
Cuando veas reducido a cenizas tu plato de lentejas.
Cuando la Virgen de los Asesinos
no escuche tus plegarias.
Cuando Lázaro vuelva a levantarse.
Abre Drácula.
Cuando los débiles se levanten.
Cuando sean derrotados los fuertes
y queden libres de aflicción los perseguidos.
Abre Drácula y pregunta:
¿De qué está hecho el amor?
¿De qué está hecha la vida?
Cuando ya no puedas más:
abre Drácula y recapitula
abre Drácula y mécete
abre Drácula y resucita.
Cuando todo te falte
echa el cerrojo a tu puerta…
y vuelve a Drácula.
Como horda de silentes presagios
avanzan mis pensamientos a la horca.
Patíbulo al alba:
cuelga la imagen del deseo
sobre los ojos del agua.
En mi cabello
se abre paso un oleaje
de hilarantes sentencias:
fruto del aire suspendido.
Depositaria de mis armas
queda la noche: mi máscara de flores gritantes
mi tatuaje y su ánfora
mi voz en una caja de hierro y de cenizas
mi antorcha -esa luz que sostiene tu ausencia y la designa:
y salgo al solitario encuentro
de la negra música de la nieve.
Cuando mi amor aleve
a tu amor terror infunda
ciegos pájaros de fuego
vendrán a cantarte
su canción profunda.
Cuando a tu corazón despierte
el ave con su canción nocturna
siendo mío tu amor aleve aleve amor
arderá en tu corazón mi urna:
cenizas pájaros de fuego
castillos alacranes vacíos
camas duras como rastrillos
tus ojos solos asolados los míos. Nada habrá quedado
de tus habitaciones de acero
nada de mis zaguanes vacíos:
fuego pájaros de ceniza
y una canción tan sólo
cuando mi amor aleve
aleve amor
a tu amor terror infunda.

Víctor Palomo (Saltillo, 1969). Poeta y editor. Ha publicado Vigilancias: poemas y canciones (IMCS, 2015) y su obra ha sido recopilada en diversas antologías de las cuales destacan, Poetas de Tierra Adentro, El mar es un desierto. Poetas de la frontera norte 1950-1970 y Palabras del norte, entre otras. Ha sido galardonado con el Premio Nacional de Novela Ignacio Manuel Altamirano por El pasado, así como una mención honorífica en el Certamen de Poesía Manuel Acuña.