Ileana Trujillo Vela

Zorba, El griego
Contemplo las montañas
y mi memoria se colma
con el recuerdo de Zorba:
pienso en que el celeste manto azul sobre
su cabeza,
es el mismo que me cubre hoy las sienes.
Cierro los ojos y me digo:
¡Zorba! ¡Me embelesa tu existir!
Ven, toma mi mano,
dancemos juntos todos mis delirios,
y sumérgeme
en tus cavilaciones mirando
al bermejeado mar de Creta;
una sola de tus meditaciones
bastaría para que el mundo
fuera virgen de nuevo ante mis ojos.
Invicto
A mi padre.
La batalla está a tu puerta, soldado de Roma.
Desempolva la túnica de militancia
y vístete para el encuentro:
cota de malla, pilum en mano, casco de acero;
ha llegado la hora
de armarse de esperanza
para enfrentar el duelo.
La guerra está a tu puerta, soldado de Roma.
Afronta el desafío
y no hagas caso a pasadas derrotas
que el presente es hoy;
no hagas caso tampoco a la memoria
―trivial trampa de melancólicos abatidos―,
para que en tierra árida y lejana
no te sorprenda la alegría
y acabes por error,
cerrándole la puerta.
Que tus pasos permanezcan anclados
en tierra firme
hasta que sea la hora de la vida
en que se mesan al viento tus cabellos
y tus ojos contemplen
la llegada del día.
Recoge el escudo que a tus pies reposa, soldado de Roma.
Álzalo en señal de victoria;
ya no hay jinetes esperando por ti
ni muros que impidan la conquista.
Levántate que al tiempo
no le caben más caídas,
ni a esta tierra
le caben los vencidos;
mas tus manos empuñan
profecías de gloria
y en tus pies se dibujan
huellas de años vividos.

Ileana Trujillo Vela (Colombia, 1991). Estudió Administración de Empresas en la Universidad La Gran Colombia, de Bogotá. Ha participado en diferentes talleres de IDARTES con Miguel Ángel Manrique, Jerónimo García Riaño y Juan Fernando Hincapié, entre otros. Actualmente trabaja en su primera novela.