Pau Mamani Álvarez

Cuando las montañas se tornan de rojo atardecer,
y las estepas del campo se mueven al vaivén del viento,
desde el socavón de las minas
se escuchan aquellos sonidos estruendosos
de cinceles picando las rocas yertas.
Golpe tras golpe rebotan de las piedras el fulgor imperecedero
que se reflejan en los ojos austeros
del minero en su morada final.
Ceñido del sudor de los hombres incansables de manos callosas
entregados en alma al ruin metal.
Emerge de las sombras un mural:
el retrato de las voces mineras retumba en coro por el aire,
quiebra las rocas petrificadas al son de los ecos.
El espíritu de los trabajadores se hincha en el mural,
hombres sobrevivientes al ocaso diario,
memorias de los próceres del interior mina.
En el resquebrajado mural, signo del pasado,
se percibe un nombre apenas visible, enterrado en el subsuelo quizás,
es la figura de un hombre solitario, impregnado en su lienzo,
en aquellas montañas,
oculto en sus entrañas.
En su refugio finalmente, la textura del espacio extendido,
con lúcidos pensamientos,
toma el pincel para pintar las expresiones a viva voz los colores,
el paisaje altiplano que solo sus ojos alcanzan.
Y aunque su soledad yace en una tumba desconocida
aquellas eternas montañas recuerdan su nombre:
el misterio de su desaparición.

Pau Mamani Álvarez (Bolivia, 1981). Guionista y fotógrafo. Ha colaborado en la revista Antruejos y en fanzines literarios. Concursó y gano el premio de Crítica de Teatro Bertolt Brecht (2020). Gran parte de su tiempo se dedica a ser voluntariados en temas de Educación y Medio Ambiente.