Salvatore Cajiao

Mariposario de Níjar
En el equilibrio de las aguas
romperse es saber llamarse.
Y el nombre, en los papeles del viento,
es una figura, un río quebrado,
amarrado entre los ojos y la imagen.
En este jardín de los espejos
nacer es saber morirse.
Y el aleteo que secreto conmueve
la ansiedad del aire y la provoca,
nos dice de nosotros más que las pisadas.
En el silencio,
romperse y nacer,
en el silencio,
llamarse y morirse,
ocurren al mismo tiempo.
Fiesta de la certeza
Comienza la fiesta de la certeza.
El polvo se acurruca en las vastas calles y en los rincones
Las sillas cantan el trinar de las ramas.
La ropa está servida para los minúsculos comensales.
Los libros se quedan en los dedos y en las bocas de las repisas,
pero no en la memoria.
Aquí la memoria es la mentira,
la imagen universal.
Aquí, las dos voces
las dice el movimiento.
La única verdad se oculta
en el viaje que trama el cuerpo
para dejar de ser cofre.
La misma que se encubre
en las visitas al espejo,
que tratamos de acicalar,
para esconder que algo se cae,
continuamente se cae,
se cae en el tiempo.
Bienvenidos
a la fiesta de la certeza:
la degradación.

Salvatore Cajiao (Guayaquil, 1997). Cursa una licenciatura en Psicología. Autor del libro Matamuertes (El Conejo, 2019). Ha participado en distintos recitales a nivel nacional, y en múltiples ocasiones ha presentado sus obras fusionándolas con música de su autoría en colaboración con bandas locales. Muestras de su obra han sido publicada en varias revistas físicas y digitales internacionales.