
Introduccuión a Fadanelli
El quehacer literario de Guillermo Fadanelli ha sido extenso y enriquecedor. Su historia dentro del panorama literario mexicano nos remite a principios de los años 80 y la fundación de Moho (junto a Yolanda M. Guadarrama): revista urbana, de arte alternativo y cultura de vanguardia que rompió los convencionalismos literarios de la época. Su publicación fue intermitente, y apostaba por la creatividad (su numeración no fue consecutiva; comenzó en el número 57). El proyecto se convertiría después en una editorial donde publicaría el propio Guillermo, Peggy López, Mauricio Bares y Enrique Blanc, entre otros autores.
La vida fue tornándose más rica, al mismo tiempo que las letras. De las desventuras del autor sabemos porque su obra suele ser autobiográfica; su tema es la amistad, y su escenario, la ciudad. ¿Es un lugar común? Eso no importa cuando lo ha abordado con el único saber nacido en la excentricidad. Berlín se acaba, texto incluido en nuestro número de aniversario, hace una rememoración de su estadía en esa ciudad, y en ella caben reflexiones sobre la modernidad, von Kleist, la arquitectura alemana y los bares tradicionales.
Quizá el movimiento es el gran tema de Fadanelli, de ahí que en Lodo (2002) retomara la tradición on the road y, a partir de entonces, comenzara el verdadero reconocimiento de la crítica (fue Premio Nacional de Narrativa Colima, y finalista del Rómulo Gallegos). Campos de Plumas celebra su segundo aniversario en colaboración del escritor, con un relato que será incluido en su proximo libro, a publicar en 2022, y que precisamente llevará el título homónimo del texto hoy presentado.