
Renatta Vega Arias
I
Lo que en estos días transita por los pasillos de mi casa, son cosas del alma. Se escapan de los marcos los retratos confinados, blandiendo recuerdos de doble filo.
Y yo, con mis cándidos asanas, queriendo que el aquí se manifieste en el ahora, me voy, no obstante, tras aquellos fantasmas con quienes comparto cromosomas.
II
Me seduce hallar facciones, rasgos, movimientos involuntarios en todos esos espejos enmarcados que me miran como santos de iglesia, acompañándome desde su dimensión de sombras, sin saber cómo acercarse y advertirme por dónde caminar, qué empresas evadir y a cuáles arrojarme.
No estoy sola, pues, y, sin embargo, es verdad que mantengo en secreto su eterna compañía – que no me desampara ni de noche ni de día – por no proporcionar material a ojos ajenos, que juzguen delirio por alienación o efectos secundarios.
Ojos foráneos… ¿Qué sabrán de mis fragores? ¿Qué de mis batallas?
Se plantan en sus esquinas desde cuyos ángulos miran, mayormente, puntos ciegos.
III
El vicio de la soledad me viene de chiquita. Entonces, porque no tenía opciones, hoy por hábito y costumbre. ¿Explicar? No hay tiempo, acaso solo el justo para atrapar mis propios pensamientos, libélulas ruidosas azotándose contra los cristales del tragaluz. Libélulas desfallecidas al fin, empujadas a la muerte por su propia necesidad de vivir.
IV
Cierro los ojos, extiendo mis antenas – silencio – pronuncio un mantra:
¡Que me trague la luz!

Renatta Vega Arias (Ciudad de México, 1967). Educadora por la SEP y licenciada en Artes Visuales por la UNAM. Su obra plástica, con temas de desnudo y paisaje, ha sido expuesta en más de 50 exposiciones. Antologada en dos ocasiones en Xalapa, Veracruz, México y participante en el encuentro de Escritores en Resistencia en Hidalgo, México.