Carolina O. Fernández

De No queremos cazar la noche (Hipocampo Editores, 2019).
Una madrugada nació la niña entre sábanas de arena…
a la bella niña de Ampato
Una madrugada nació la niña entre sábanas de arena
y el lenguaje indomable de pájaras cantoras
a los cuatro sostuvo entre sus alas una cajita
de zapato
con wawas recién nacidas
Estrella migrante como su madre
pájara cantora
su lenguaje sabe a hierba sabe a canto
arma radios y parlantes
compone canciones electrónicas
onda musical que se expande
en la órbita interespacial
del fuego de sus ojos
Descubre desajustes cuánticos
entre las palabras y los actos
Descifra sin decirlo los enigmas de la bella niña de Ampato
da clases de runasimi matemática ortografía
Atraviesa acequias
temporales agrios y fronteras
aires risueños para sembrar y cosechar uvas
duraznos y aguacate
y aunque quieran destruirla quemarla
arrancarla como a Charllotte Salomon
Máxima Acuña Hipatía o Berta Cáceres
+
+ no matarán su lenguaje indómito
ni su sonrisa al interior del Sabancaya
ni en esta pequeña casa a punto de estalla
Mi cuerpo
mi país
es un campo de batalla
Todo el tiempo ha sido
un campo de batalla
una república oscura
de flores que rehúyen
caudillos de vanidad
entumecida en los lavaderos
profundos de la tierra
Mi campo
mi país gramatical
traición olvido
estupor
tantas veces un poema ignorado
como el yanantin que nivela
los cerros para construir juntos
la madera de un hogar
o para sacar el clavo de mis ojos
Mi casa
mi país
es el qhapac ñan transitado
de noche en media Luna
Como en tiempos no idos
el Sol irradia ceques
hacia las montañas de las urbes
Ofrenda de los ayllus
a las comunidades no sometidas
en la huaca de mi barrio
Pero no tengo casa ni país
sino un agridulce manzano
que resuena en mis oídos
Alguna vez los usureros del tiempo fueron condenados…
Alguna vez los usureros del tiempo fueron condenados
el tiempo pertenecía sólo a Dios
Leon Battista Alberti arquitecto de Florencia
escultor del renacimiento, hijo de mercaderes,
anunció las pertenencias del hombre
la fortuna, el cuerpo ajeno, el tiempo.
Mama Coya Anahuarque, bella soberana,
caminante en compañía de sus hijos
y un perro, escultores de Abya Yala, disfrutaban
de la lluvia en las vetas de sus ojos terrenales
Cuando el mal tiempo arrasó
la lluvia, especies y piedras sagradas,
el cuerpo y trabajo de las bellas mujeres,
hombres y seres diversos de este mundo
se convirtieron en pertenencias privadas del hombre
venido de ultramar

Carolina O. Fernández (Lima, Perú). Poeta y ensayista. Es doctora en Ciencias Sociales por la UNMSM, magister en Letras por la Universidad Andina Simón Bolívar y magister en Género y ciudadanía por la Universidad de Huelva, España. Entre sus publicaciones destacan No queremos cazar la noche (Hipocampo Editores, 2019) y A tientas (Vagón Azul Editores, 2016). Fue finalista en el premio Copé de poesía (2015) y obtuvo el primer premio de los Viernes Literarios. Su obra ensayística versa sobre el poder, el discurso, la cultura, el género, los imaginarios y saberes subalternizados. Es autora de los ensayos: Procesos de descolonización del imaginario y del conocimiento en América Latina. Poéticas de la violencia y de la crisis (Fondo Editorial Facultad de Ciencias Sociales de la UNMSM, 2004), Poéticas afroindoamericanas. Episteme, cuerpo y territorio (Pakarina/UNMSM, 2014); La letra y los cuerpos subyugados. Heterogeneidad colonialidad y subalternidad (UASB, 1999); además de ensayos publicados en diversas revistas de la región.