Transmutación (Poemas)

Úrsula Alvarado

Arte: Enya Loboguerrero

Transmutación

Con la llegada del otoño transmuta mi voz,
se despiden mis hojas y en esta desnudez
encuentro abrigo.

¿Cómo pueden, criaturas del alba, no reconocerme?

No asoman los ciervos que a mis manos confiaban
el brillo de sus cornamentas,
las ardillas que en el recodo de mis piernas hallaban abrigo
hoy bajo la grama se esconden,
las aves del crepúsculo ante el saludo de mi canto enmudecen.

¿Y qué hay del eco?

¿Qué de la esencia y del aroma?

Soy yo la inflorescencia que amaron.
He liberado mis cometas,
desdeñado el polen innecesariamente impuesto.
Heme aquí desdibujada del trazo que se remarca,
he emprendido la búsqueda del boceto primigenio.

Con gozo mudo de mis versos primeros
me desvisto,
uno a uno con ternura los aparto
como a capas de una cebolla
sonrojada.

De Canto a la hoja que cae (Inédito)


Yo soy esta cicatriz que dice no

Con destreza de artesano maquillo el defecto,
pero en la reincidencia descubro el versículo perdido:
cubrirse del frío no desaparece el invierno.

Incómoda a la vista y al tacto, es mi cicatriz
un heroico tejido trasplantado
          de una coordenada          a otra
en mi propio cuerpo.

Yo soy esta cicatriz que dice no.
No me esconderé.

Abatida la tormenta, será el amor
como el del navegante al barco maltrecho
que lo llevó a buen puerto.

Repetiré con mi herida
la misma historia del barco y su marinero.

Negar la belleza del navío sería mezquino.
Una ofensa torpe e imperdonable.

(Inédito)


Ceci n’est pas un poème d’amour

Esto no es un poema de amor. Tan solo un murmullo entre dientes.

Un suave canto acerca de la ciencia de ver caer la tarde sobre la manzana que
reposa en mí. De la sombra que proyecta el fruto a la altura de mi ombligo,
nace una flor oscura como una nube llena de lluvia.

Todos tenemos un botón de terciopelo anidando en el vientre,
aromático huevo floral que no siempre se descubre.

Alguna vez sentí su latido azul. Su compás igualaba la frecuencia del ulular de
las gaviotas. Una semilla desde su gestación sedienta.

Cuarenta años ha tardado en germinar la tácita flor de mis deseos más
oriundos. Hoy que tus palabras han pronunciado la cábala del desprendimiento,
 de la cámara de los secretos han asomado los primeros pétalos. Con destreza de contorsionista han girado hacia ti como el heliotropo que inmerso en un
jardín de luces artificiales reconoce de pronto y sin vacilación la inequívoca
fuente de luz.

No. Esto no es un poema de amor.

(Inédito)

Úrsula Alvarado (Lima, 1979). Licenciada en Administración de Turismo en la UNMSM, gestora cultural, ilustradora y poeta. Obtuvo menciones honrosas en el Concurso de Poesía para Mujeres Scriptura en las ediciones de 2014 y 2015, y ha publicado la plaqueta de poesía Metamorfosis Inversa(Vagón Azul Editores, 2015) Tienes inéditos los poemarios Canto a la hoja que cae y Albas a Orfeo. Actualmente administra el blog “Poesía en la ciudad”, que establece conexiones entre la literatura y el patrimonio histórico de Lima.