Ana Mayela De Velázquez

Cama infantil
Un hombre flaco duerme junto a mí. Sus huesos sobre mis huesos. Escucho la arritmia de su pecho. Entre sus labios prominentes ronquidos leves su respiración. En una cama infantil yacemos. La lluvia no deja dormir.
El hombre flaco acaricia mi oreja con un dedo como si leyera el futuro en la taza de mi cabeza. Cierro los ojos.
Su aliento de mañana dice buenos días. Todo encaja bien pero me voy. Entre tanto amanecer ya no sé si es madrugada.
Tensión superficial
El hombre flaco se arroja hacia mi boca, hablamos en lenguas. Mientras me despeina, brotan lágrimas de mis ojos, cuerpo de agua que escurre por el rostro. Las moléculas de la superficie de cualquier fluido tienen más energía, por eso se crea una membrana elástica, tensión superficial. ¿Por qué lloras? No sé explicar que es un efecto de excitación, una descarga de oxitocina.
Limón
Creció un árbol de limón sin semilla en el jardín del hombre flaco. Bebemos el jugo sin conocer el origen del sabor ácido. Ignoramos que los cítricos tienen más iones de hidrógeno que las manzanas. Hacemos gestos. El rostro se adelanta a la apariencia que tendrá cuando sea viejo.

Ana Mayela De Velázquez Farfán (San Luis Potosí, 1986). Es estudiante del MFA en Creative Writing por la Universidad de Texas, en El Paso. Estudió la maestría en Literatura Mexicana Contemporánea de la Universidad Autónoma Metropolitana y fue becaria del programa Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes en el periodo 2017-2018.|