Elsa Cross

Un manto verdinegro
en las piedras vencidas.
Se hacinan brillos sueltos
sobre las plataformas disparejas.
Ha lavado la lluvia los altares.
Ha lavado el añil del talud
y el colmillo del dios
en el relieve.
Las parvadas de tordos perforan el silencio.
Se ha lavado la sangre del niño muerto.
Ni un solo pensamiento
entre el latido y el escalpelo.
Viene fugaz y pasa como un resabio
o una nube cargada
sin sol ni rumbo.
Entrecruzando el aire
–ojo de guacamaya—
queda por dondequiera
como rama de palma desgajada.
Nadie dijo nada del niño muerto.
Sólo flores deshechas al pie del trueno viejo,
del trueno viejo.
Si hubiera sido,
tal vez iría jalando su cadena de ráfagas,
cabellos de la virgen,
el cordel de arcoíris.
Pintó su sangre volutas bajo el agua.
A nadie le dijeron del niño muerto
y las parvadas
y las parvadas.
(de Jaguar)
***

Elsa Cross (Ciudad de México, 1946). Poeta, ensayista y traductora. Doctora en Filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México. Estudió Meditación y Filosofía Oriental en Ganéhspuri, India. Ha ejercido la docencia en varias instituciones de primer nivel en el país y también se ha hecho acreedora a importantes reconocimientos como el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 1989 y el Premio Nacional de Ciencias y Artes en Lingüística y Literatura en 2016, entre otros. Parte de su poesía se halla publicada en antologías de una docena de países y cuenta con libros que han cimbrado el horizonte literario en México, de los cuales se pueden citar, por ejemplo, Canto Malabar (FCE, 1987), El diván de Antar (Joaquín Mortiz, 1990) y Bomarzo (Era / Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2009). Actualmente es profesora titular de Filosofía de la Religión en la Facultad de Filosofía y Letras.