Elsa Cross

A la orilla del río las garzas en la bruma.
El río se junta y se separa.
En los islotes blancos
deja pequeñas charcas a las grullas.
Las vertientes se encuentran,
brillan peces al canto.
A lo lejos se funden las riberas y el agua.
Las garzas pintan sus huellas en la arena,
las garzas blancas.
La diosa del río me sumerge en sus aguas.
Oh Gangadevi,
me arrancas juramentos.
En tu templo te llenan de flores
y tu vestido
es como el agua que empieza a deshielarse
bajo el puente de Lakshmanjhula.
Puente suspendido sobre mi vida.
Pero tu curso es este instante.
Lo que vino y vendrá es sólo polvo.
En tus aguas me pierdo, Gangadevi,
he roto los puentes.
Estoy en las riberas y en el agua,
estoy en las montañas,
estoy en mis moradas de otros tiempos,
mis moradas de nieve.
Oh Gangadevi, en tu risa me baño
y alcanzo al mismo tiempo
la fuente y el mar.
Vibro en cada instante,
lleno todo el espacio,
tomo todas las formas:
el monje que lava sus ropas en tu orilla,
los cuernos de las vacas pintados de rojo
–apenas una mancha de color
en la ribera gris y las hierbas de plata–,
los loros perdidos en las hojas.
Estoy en muchos sitios en el mismo instante.
Estoy en muchos tiempos desde el mismo lugar.
No hay sucesión ni límite.
No hay causación.
No hay otro.
Antes y después desaparecen,
dentro y fuera, cerca y lejos– ¿de qué?
Si todo es uno solo y ese solo soy yo.
Toman mi forma las cosas que contemplo.
En ellas me re-creo.
A un tiempo estoy en ellas,
las traspaso,
y duermo eternamente en el vacío.
Oh Gangadevi, me ahogas con tu canto.
Saltas más que los peces.
Tus aguas me pierden y me alcanzan.
Tu cortejo de pájaros me dice:
siempre estarás en este instante.
La bruma se aclara
descubre ya los árboles en la otra ribera.
Cierro los ojos
y quedo a solas con el rumor del río
y el grito de los aguzanieves.
~
…
La luz irrumpe desde el sueño.
Detrás de la tela finísima,
ala de insecto, veladura en el prisma,
la conciencia que mira.
Y el ojo de la mente subyugado
en sueño y en vigilia deja ya de mirar.
A él es a quien mira
esa luz alta, serena, alejada de todo,
dulcísima, deleitosa, tierna, blanca
luz sin sombra que amanece.
Apenas se entreabren las puertas,
apenas vislumbramos lo que aguarda
y se acaban las palabras.
Sólo un rumor continuo en la espesura.
Sólo un sitio de reposo.
Un sonido que se cuaja en un punto de luz.
Una luz continua que se acerca y se aleja.
Latido primordial
a punto de causar el espacio y la forma,
a punto de absorberse en el vacío.
Toda cosa en torno se aniquila.
El aliento se pierde en la cesura,
el corazón abierto en dos mitades
deja salir este deleite
que se condensa en un punto,
fulgura por un instante y nos devora.
Las alas que se incendian
se transforman en fuego.
He tocado tu orilla.
Ni el sol rozando apenas tu morada de nieve,
ni la luz que se filtra hasta tus lagos
pueden entrar aquí.
Aun el aliento más leve nos perturba,
aun el pensamiento.
Y tampoco es silencio.
No hay silencio ni sonido,
plenitud ni vacío,
sólo ser fluyendo, fulgurando,
Sólo ser que deviene, siempre nuevo,
se percibe a sí mismo,
se goza
y se sumerge al fin en su propia belleza.
Hacia dentro resplandece una perla diminuta:
germen del universo.
Y en lo oculto de lo oculto,
en el fondo más secreto
veo sin parpadear la cifra que se aclara.
Mi ser se pierde en ti
y en la raíz de tu nombre se libera.
(de Canto Malabar)
***

Elsa Cross (Ciudad de México, 1946). Poeta, ensayista y traductora. Doctora en Filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México. Estudió Meditación y Filosofía Oriental en Ganéhspuri, India. Ha ejercido la docencia en varias instituciones de primer nivel en el país y también se ha hecho acreedora a importantes reconocimientos como el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 1989 y el Premio Nacional de Ciencias y Artes en Lingüística y Literatura en 2016, entre otros. Parte de su poesía se halla publicada en antologías de una docena de países y cuenta con libros que han cimbrado el horizonte literario en México, de los cuales se pueden citar, por ejemplo, Canto Malabar (FCE, 1987), El diván de Antar (Joaquín Mortiz, 1990) y Bomarzo (Era / Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2009). Actualmente es profesora titular de Filosofía de la Religión en la Facultad de Filosofía y Letras