Bryan Sánchez Rivera
Rollo kodak, 135mm, Iso 400, algunas fotos están mal expuestas.
Película 135mm junto a los platos sucios de semanas atrás,
pulgas de perro luego de masturbarme.
Las imágenes del negativo carecen de pertenencia.
Dolor de espalda como bengala mojada
es el recuerdo de creer estar vivo de verdad,
es el miedo a la muerte.
El olor a químicos impregnado en el cuarto oscuro
estar ausente dos semanas marea los otros sentidos
en la confusión surge una verdad:
con el pelo corto me veo más joven.
En mute
se reproduce La Casita del Horror XVI.
La luz del cuarto no sirve por la gotera
la lámpara no alumbra todo el desorden.
El fotómetro Sony no da más
Película Ilford HP5 Plus
algunos cuadros se velaron.
Nuestras fotos salieron subexpuestas
las demás no nos importan.
Steven se durmió en año nuevo sin nadie cerca que le aplaudiera.
Mi hermano reía escuchando Shakira,
En año nuevo el silencio que abordó su cuerpo.
Falleció tan de repente,
que no nos dejó tiempo
para alargar los ojos hinchados
o juntar las palmas vacías.
Ni la foto sobre el féretro,
ni los relojes tartamudeando la cuenta regresiva.
Nada alcanzaba a consolar a todos los asistentes del funeral,
quienes se ahogaban en café
y veintitrés años sin reproche.
Nos acarician en la memoria
papeles rotos,
aplausos de saliva,
cortinas rasgadas
y los últimos tres días que pasó en cama.
Ya nadie ve los juegos de pólvora,
Ya nadie disfruta su comida.
Ya nadie salta o ríe
escuchando a Shakira.
Bryan Sánchez Rivera (Costa Rica, 1999). Cursó el colegio en el Conservatorio de Castella, donde hizo estudios de Literatura durante cinco años. De este periodo son sus primeros textos, su aparición en varios recitales y su primera publicación virtual en la revista Sapo de Chile. Una vez concluido su estudio, acude al Taller Literario Joaquín Gutiérrez para seguir trabajando en su obra. Actualmente es estudiante de la carrera de Cine y Televisión.
Campos de Plumas 