Ejemplos

Antonia Pozzi

Arte: Mariana González

Alma, sé como el pino:
que todo el invierno distiende
en el blanco aire vacío
sus brazos florecientes
y no cede, no cede,
aun si el viento,
trayéndole de todos los bosques el sonido de todas las hojas caídas,
le susurra palabras de abandono;
aun si la nieve,
oprimiéndolo con todo el peso
de su frío candor,
ablanda su follaje y lo arrastra
violentamente
hacia el negro suelo.

Alma, sé como el pino:
y luego llegará la primavera
y la sentirás venir desde lejos,
con el gemido de todas las ramas desnudas
que sufrirán, para reverdecer.
Pero en tus ramas vivas
la divina primavera tendrá la voz
de todas las más canoras aves
y a tus pies florecerá de prímulas
y azules jacintos
el terrón al que te aferras
en los días de paz
como en los días de llanto.

Alma, sé como la montaña:
que cuando todo el valle
es un gran lago violeta
y los toques de las campanas brotan de él
como blancas ninfas de sonido,
ella sola, en alto, se tiende 
a un mudo coloquio con el sol.
La envuelve la sombra
cada vez más de cerca
y parece, en torno a la nívea frente,
una cabellera pesada
que la vuelca,
que la detiene
de saltar aérea
hacia su amor.
Pero el amor del sol
apasionadamente la ciñe
de un esplendor supremo
apasionadamente besa
con sus rayos las nubes
que emergen de ella.
Emergen libres, lentas
desvinculadas de la sombra,
soberanas
más allá de las tinieblas,
como pensamientos del alma eterna
hacia la eterna luz.

Pasturo, 10 de abril de 1931

Del diario poético Parole (1939)

Traducción por Montserrat Mira

Esempi

Anima, sii come il pino:
che tutto l’inverno distende
nella bianca aria vuota
le sue braccia fiorenti
e non cede, non cede,
nemmeno se il vento,
recandogli da tutti i boschi
il suono di tutte le foglie cadute,
gli sussurra parole d’abbandono;
nemmeno se la neve,
gravandolo con tutto il peso
del suo freddo candore,
immolla le fronde e le trae
violentemente
verso il nero suolo.

Anima, sii come il pino:
e poi arriverà la primavera
e tu la sentirai venire da lontano,
col gemito di tutti i rami nudi
che soffriranno, per rinverdire.
Ma nei tuoi rami vivi
la divina primavera avrà la voce
di tutti i più canori uccelli
ed ai tuoi piedi fiorirà di primule
e di giacinti azzurri
la zolla a cui t’aggrappi
nei giorni della pace
come nei giorni del pianto.

Anima, sii come la montagna:
che quando tutta la valle
è un grande lago di viola
e i tocchi delle campane vi affiorano
come bianche ninfee di suono,
lei sola, in alto, si tende
ad un muto colloquio col sole.
La fascia l’ombra
sempre più da presso
e pare, attorno alla nivea fronte,
una capigliatura greve
che la rovesci,
che la trattenga
dal balzare aerea
verso il suo amore.
Ma l’amore del sole
appassionatamente la cinge
d’uno splendore supremo,
appassionatamente bacia
con i suoi raggi le nubi
che salgono da lei.
Salgono libere, lente
svincolate dall’ombra,
sovrane
al di là d’ogni tenebra,
come pensieri dell’anima eterna
verso l’eterna luce.

Pasturo, 10 aprile 1931

Antonia Pozzi. (Milán 1912- Ibíd., 1938). Poeta italiana que, desde su inscripción en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Estatal de Milán (1930), entró en contacto con reconocidos profesores e intelectuales como Vittorio Sereni o Dino Formaggio. El ambiente familiar privilegiado, de ilustre tradición cultural, contribuye al amor que Antonia pronto muestra hacia la música, la escultura, el dibujo, y, en la madurez, hacia la poesía. Sin embargo, la aparente normalidad de su vida (como profesora en un instituto milanés) le resulta insostenible y decide, en 1938, terminar con su vida. Salvo un ensayo sobre Aldous Huxley (“Eyeless in Gaza”), toda su obra se publicó de manera póstuma. De esta, destaca en particular el diario poético Parole (1939), recopilación de poemas escritos entre 1929 y 1938, y Canto segreto (1992). Si bien el nombre de esta autora se vio marcada por su trágico final, su obra ha sido reconocida por importantes figuras como Eugenio Montale, quien escribió el prólogo a Parole en la edición de 1948.

Montserrat Mira (Ciudad de México, 1987). Maestra en traducción por El Colegio de México, y licenciada en Lengua y Literaturas Modernas (departamento de Letras Italianas), por la UNAM. Ha participado en diversos congresos dedicados a la italianística de ambas instituciones. Entre sus diversas traducciones se hallan el poemario La transfiguración de los animales en Bestias (Transeuropa, Massa, 2011) de Alessandro Raveggi, y colaboraciones en la de Ni una más. Cuarenta escritores contra el feminicidio (Universidad Iberoamericana, León, 2017) coordinado por Clara Ferri y Fabrizio Lorusso, y la de la novela El embrollo (Garabatos, 2018), de Antonio De Petro, con Víctor García.