Blanca Berjano

I
Quisiera poder ceñirme a un estilo, a un tono,
con un corpiño la cintura
para que me veas vibrar, cariño,
cual libélula que revolotea
sobre el agua de esta sucia piscina,
donde se remojan las palomas
en la estación del monzón.
Porque yo soy “La Sacrificá”,
la espera en la noche, la hija, la reina.
Yo soy la mujer que te vio morir
y renacer como un fénix desplumado
de alhelíes, de esperanzas,
y en mis entrañas llevo las letras
escritas con sangre de mi sacrificio.
Me puedo morir de sed, mis brazos
invadirse de lunares, acariciar la suave curva
del gaznate moribundo de mi caballo,
antes que absorber el agua
de este prolífero oasis,
adonde hemos venido a parar
casi sin aliento.
Y ese colorido privilegio
de flechas disparadas desde tu aljaba
confiere cierta tranquilidad a nuestro encuentro sexual:
todos los bichos que en cortejo procesional me arroparon en las frías noches de invierno han venido a parar a esta alberca…
Cuando le falte el agua a su aljibe llámeme, madre,
cuando ya no pueda humedecer con sal la llaga bermeja de sus labios.
Yo soy la hija, la esposa, la hermana, la reina.

Blanca Berjano (Madrid, 1987). Tiene la licenciatura y el máster en Filología Clásica por la Universidad Complutense de Madrid, así como otro en Enseñanza del Español como Lengua Extranjera por la Universidad de Sevilla. Es autora del libro de poemas Ratas en el alféizar (Ménades Editorial, 2019) y actualmente trabaja como profesora de español en Mayotte, una isla al norte de Madagascar. Ha publicado artículos en Pikara Magazine, Mujeres en Lucha y Diagonal Periódico.