Josu Landa

Extinciones
Como todas las noches, hoy llovió a cántaros.
Como todas las noches, los sapos buscaron la carretera
para darse baños de vapor sobre el
pavimento tibio.
Como siempre, los coches pasaron por la carretera
y aplastaron montones
de sapos.
Como todos estos días, hoy amaneció la carretera
encharcada de sapos destripados.
Como siempre, los coches siguieron pasando y pasando
por la carretera.
Y nadie vio nada extraño en la masacre.
***
Aun en el suelo, las flores de las jacarandas dictan el vivo furor de la primavera.
***
Un simple chubasco se lleva el sol de la tarde y nos deja la tristeza
***
El otoño recorre mis venas.
***
Después del aguacero, como si se me hubiera empapado, me pesa más la soledad.
***
Racimos de gotas entre las hojas de la araucaria.
A su tiempo, unas buscan la tierra; otras, el cielo.
¿Quién decide su destino?
***
Lo leo en el
periódico: están desapareciendo las abejas en todo el mundo.
¿Seguirán después las flores?
¿Seguirá el poema que alberga las flores?
Nadie podrá responder con miel.
***
Una mota de nieve se posa sobre mi frente.
Por fin, algo que se derrite por mí.
De Extinciones (2014)
Mundo Neverí
(Fragmentos)
En la raíz de cada sombra hay una piel
una corteza
la ruina acaso de una luz sumida en el humus
del horizonte siempre en fuga
la pulsación agónica
de un fulgor en retirada
el espejo-río con su sed de formas
la oscuridad volátil de una huella
vertida en el olvido
la traza exangüe de un dios equívoco
***
Hay una fiebre temblando en resolana
hay un hervor de corazones ahítos
de hundimientos:
si acaso flotaciones efímeras
hay un fervor de bocas y semillas:
chispas tácitas en abandono
en el hálito del día
siempre sin palabras
***
Las paraulatas hacen su nido en el cují
en medio de la enramada
brotan plumas tiernas
nace el canto nuevo
pequeños corazones aprenden a latir
pronto un vuelo nunca visto atravesará
la claridad.
***
Mi sombra se entrevera con residuos del día
en el manglar herido
Hay demasiado silencio en el corazón del río
Hay una brisa parca o agua seca entre
murciélagos y chispas de luciérnagas
Hay un zumbido-mundo al primer borde
de la noche:
la hora virgen de la oscuridad
***
habría que ver
la matriz del río
grávida de sol en limpidez
el hervidero de criaturas
entre el bagre y el caimán
la gracia de los cumanagotos
en el manglar y la curiara
los grandes coros de sapos
al son de la garúa en el atardecer
la volatería de alas
en celebración de la alborada
o
en temblor por el amago de algún trance
los monos y las iguanas
en poder de la umbría
la humilde fortaleza de los juncos
en medio
de la eterna eclosión de flores inocentes
las miríadas de tortugas
y su carga de tiempo
la virtud de los tinajones
con su porción de río en tesoro
la obstinada floración de la vida
en la vida y en la muerte
habría que ver
lo que se fue con el agua
lo que quedó en el mar de la memoria
lo que vendrá con el agua
De Mundo Neverí (2019)

Josu Landa (Caracas, Venezuela, 1953). Poeta, narrador, ensayista y filósofo. Actualmente se desempeña como maestro en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Su trabajo filosófico gira en torno al estudio de la ética tomando como punto de partida las escuelas helenísticas y la doctrina platónica. Entre sus obras más destacadas se encuentran Más allá de la palabra (UNAM, México, 1997),Poética (FCE, 2002), Viaje a Cipango (Fondo Editorial del Caribe, Venezuela, 1990), Los tankas de Arropain (Lida, Bilbao, 1991), La luz en el vano: antología poética (UNAM, México, 1996), Treno a la Mujer que se fue con el tiempo (Arlequín, Guadalajara, 1996), por el cual recibió el Premio Carlos Pellicer, y Mundo Neverí (Monosílabo, México, 2019). También es autor de la primera novela endógena del exilio vasco, Zarandona (Centro Vasco de México, 1999), y de las traducciones al euskera de Piedra de Sol y Muerte sin fin.