Pedro López Fernández
I
La miseria no respeta las criaturas predilectas
Necrófaga y predispuesta
una fauna soterrada sigue allí con ansiedad
Los oráculos de pago mangonean los futuros
Pero luego el cielo habla
y su aroma inconfundible nos conduce hacia el abismo
Los contornos de lo leve aderezan una puerta
Las nubes tienen olor
pero no hay nariz humana que se atreva a oler tan lejos
El pasado es tan rugoso que nos cuesta descifrarlo
aunque luego mortalmente quedan trochas en la tierra
Los oráculos con nube se dibujan sin nariz
Descifrarme tras la puerta es más fácil si la abres
La miseria de la tierra siempre huele inconfundible
Las criaturas predilectas se alimentan de pasado
El contorno del abismo casi adopta tu perfil
II
Nos vamos desnudos
y usados
y entendiendo apenas nada
pero tuvo gracia
a veces
III
En el fondo de tus ojos hay mirar y comprender
Hallar el alma es llorar
La vasta clemencia de dios se ha apiadado de tu cuello
Y el crujido es tan liviano
y tan cuasi imperceptible
como chascarse las alas
un tordo
IV
Los niños lobo/serpiente nacen todos siendo dios
y petequias en la frente.
En los casos más albinos lucen mantos con sus plumas
(como el niño puma/lince).
En etapas ya olvidadas vertebraban el paisaje a través de los ocotes
o los tubos de las tráqueas.
Conocen de forma instintiva el respeto que dimanan
desde el palio de su rostro con sus ojos arrogantes
como siempre acostumbrados a salirse con la suya.
Solamente algunas noches se confunden con la plebe y trasiegan hasta
el punto en que admiten el tuteo y en los casos más extremos
disuelven su aura divina hasta casi humanizarse
Pedro López Fernández. (Cehegín, España, 1966). Poeta y Novelista. Finalista del Premio de Poesía Hermanos. Argensola 2014 y del XVI Premio de Poesía Gonzalo Rojas Pizarro (Chile, 2018). Sus poemas han aparecido en revistas de varios países. Participa en la Antología Y lo demás es silencio (Ed. Chiado, marzo 2019). Autor de las novelas El Magistrado Cuernavaca (Ed Amarante, 2014) y Las cenizas de Manhattan (Ed Amarante, 2018).
Campos de Plumas 