Poemas 1992- 2004

Josu Landa

[sabes que tu nombre ya no dice nada]

Arte: INTHE GARAGE

sabes que tu nombre ya no dice nada
algo como el témpano después del rompehielos
o mejor
como la barcaza llena de flores del crepúsculo

doquiera que esté la imagen brota el magma
las vastas columnas del vacío
y los cartílagos de la llama
verbigracia
también la entrepierna del Emblema
y su puñado de calor

y es que te reconforta saber que respiras
todavía en toda la vía aparece
el laberinto como soga umbilical
no la entrañable señal de la Estación del Norte
pero puede darte por creerte ciudad
oh sorpresa
y entonces no te faltarán trompetas como de Jericó
y sin embargo
sigues cierto en lo del magma
porque nada te impide volar a los pechos borrascosos
cómo es eso
pues como cuanto te escucha quizá
el caballo de Nietzsche
que tú respiras como todo lo demás respira
las reglas del fuego
en fin
que todo de pronto es sensitivo y virgen
como selva
que el Cosmos es todo un mortero
donde puedes pasar por animal puro
o un movimiento (como) de espíritu
basta para convertirte lamentable en fármaco
todo por el viaje ignoto y persistente
de los líquidos
como por la soledad fútil de toda permanencia
capaz de oxidar revólveres
o los péndulos de la mirada
y ceder el paso a los párpados entreabiertos de la Muerte

tanto da por lo demás
la vértebra de la salamandra sobre la hierba seca
porque se trata de cifras
como poder llamarte Barroco
por ejemplo
o ensanchar el rictus por la hipérbole del Tren Europeo
o citar a Orixe
(una de tus zonas desconocidas
igual que el Sol hecho Víbora)
a un café con Netzahualcóyotl y también Sor Juana

cosa de magia puedes pensar
total sigue dando lo mismo
tu sonrisa en potencia igual puede quedar
anegada por masas y masas de bronce
por mareas de ruedas y engranajes

pese a todo
no propiamente a punto del deliquio
sino de la humildad o de alguna dosis de ataraxia
porque sabes que decir tu nombre
es más o menos
decir la ingenua trayectoria de los dardos
o el paraje incierto donde declina el furor del viento
porque así dirías que eres súbdito de la liquidez
si la palabra no estuviera tan puteada
porque en suma nada puedes pronunciar
que no sea agua (impura) como tú

De Falasha (1992)

Treno a la mujer que se fue con el tiempo
[Fragmento]

Arte: INTHE GARAGE

estarás en las sonrisas que alumbró tu boca
en eso arde un símbolo y se intuye la mirada en el crepúsculo
como el oro escondido pero vivo en el brumal
cintilar de onda por billones en el oro otro del reflejo

nada de bramar y ansiar parcas como tristes
recuerde pues el seso (ya no dormido) cuán presto vendrá el placer
más lenitivo una vez en plan de antimateria
calma o tigre igual será la fuerza por fin cumplida del deseo

qué tal cuando esplendas diosa y rayo en el solsticio
nadie ni siquiera omnipotente te asestará un juicio final
te hallaré en el aroma de las ninfas por venir
como el piélago en el cántaro endeble pero firme del silencio

será un mar de ardentía la niña en tus mil ojos
tú como piedra primera y más honda de la línea y el cimiento
la casta del óleo en el gran altar del misterio
oh fuente sin fin y embrión así en la gleba como en la sal y nube

señoreas en el paso muelle del felino
te gesta y pare la matriz temblorosa de la ola y la corriente
así como el canto rodando de labio en labio
o los aullidos tarahumaras y la hojarasca que siempre nada

claro que tus signos abandonarán su costra
leeré tu santo y seña en la estrella y en la niebla o en el semen
y el tumulto de granos vertido por la espiga
dirá de ti como el sol crío en los marfiles del hermano lobo

serás el seno y sino en la causa y el efecto
lloverás nevarás y posarás como césped sobre tu polvo
desaparecerás del concepto de naufragio
sin cometer el terror de poner la llaga en la uña y en la flama

fragor (aunque discreto) en los astros y úteros
me abrazarás con la onda ecuménica de tu cuerpo nuevo y sin fin
ideal para que nada te separe de nada
absolución de la materia inmune así a la enfermedad del tiempo

extraño ardid la muerte para innovar tu vida
te infiltrarás igual en el calor de la mano y en el hielo del glaciar
eso sin tocar la joya en que te convertirás
el suelo-luz que soñará el horizonte para ser horizonte

se acabó la distancia entre tu nombre y el mármol
ya eres el paraíso con su errancia y su ingenuo afeite de tiempo
de una vida sólo puede nacer otra vida
me aguardarás con labios de alba cuando me llegue la hora de partir

De Treno a la mujer que se fue con el tiempo (1996)

Cuerpo entero

No se puede perder de vista
el aura tersa de la virgen
abriéndose paso en el metal endeble de un agua eterna,
la nieve y el bronce
definiendo el margen dorado
en la linde de la carne con el alba,
surtos en la espuma que no cesa
desde la germinación
de la mismísima Afrodita.

Hay que ofrendarle el cáliz
a ese cuerpo hacedor de cuerpos
como cuando se sumerge y chapotea
y el propio ras del río
asperja en su torso y en su pelo
los enjambres de resol
que anegarán tanta pupila hambrienta.

Coronar esa desnudez pura,
esa claridad de animal consagratorio
con la piedra seminal
que nos traspasó la especie
y dejar que persevere
sin más vello
que la escarcha efervescente
de la luz cuando se encuentra con la luz.

Así que se suspende
la falsa ciencia del bien y el mal
y su cosecha milenaria de vergüenza,
se quebranta el cíngulo siniestro de hojas de higuera
entretejidas con mordeduras de manzana edénica
y sobreviene el sencillo sacramento de acatar el cuerpo.

Que viva la sed perpetua de los sentidos,
que sigan volando las manos
a esa piel por siempre inalcanzable.

De Alisios (2004)

Josu Landa (Caracas, Venezuela, 1953). Poeta, narrador, ensayista y filósofo. Actualmente se desempeña como maestro en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Su trabajo filosófico gira en torno al estudio de la ética tomando como punto de partida las escuelas helenísticas y la doctrina platónica. Entre sus obras más destacadas se encuentran Más allá de la palabra (UNAM, México, 1997),Poética (FCE, 2002), Viaje a Cipango (Fondo Editorial del Caribe, Venezuela, 1990), Los tankas de Arropain (Lida, Bilbao, 1991), La luz en el vano: antología poética (UNAM, México, 1996), Treno a la Mujer que se fue con el tiempo (Arlequín, Guadalajara, 1996), por el cual recibió el Premio Carlos Pellicer, y Mundo Neverí (Monosílabo, México, 2019). También es autor de la primera novela endógena del exilio vasco, Zarandona(Centro Vasco de México, 1999), y de las traducciones al euskera de Piedra de Sol y Muerte sin fin.