Marcelo Juan Valenti

Era el jefe.
—Sí, señor.
—¿Hoy tampoco vino Torsseri?
—Sí, señor.
—Bendt, Bendt, bendito.
—¿Qué hacen? ¿Rock?
—¿Marcha la cosa?
La recepcionista del edificio en el que se encontraba la gerencia general preguntó:
—¿Qué se sabe de Trosseri?
De nuevo un ascensor.
—Justo a tiempo.
—Sí, gracias.
—Bueno, hasta luego.
—¿Cómo andan?
—Imaginate.
—Pero, ¿cómo fue?
—¿Y él?, ¿cómo está?
—La del depósito es la sexta.
—Me imagino.
—Bueno, chau, Bendt.
—Chau.
