Jorge Ruiz Dueñas

Para Niki, nuestra cronista en Creta
Evángelos murió en septiembre
como la palabra en la tinta
El mensaje nubló la sonrisa de mis hijos
Les digo que no le conocí
y la geometría del azar me contradice
Quizá mojamos nuestros dedos
en la fuente Morozini
alguna tarde camino de la Fortaleza
Acaso le escuché a hurtadillas
hablar del Taurocéfalo bajo el sol de la historia
o seguí sus pasos en el Megaron de la reina
No lo sé
Les digo que no le conocí
pero tampoco puedo asegurarlo
porque el otoño sella la memoria
Les digo también
que pudimos sentarnos
en medio de alguna callejuela
No hablaríamos mucho
rodeados por el vocerío de los niños y el busuki
Señalaríamos
sin azoro
alguna nube
sobre el mar incandescente
Insisto en que no le conocí
pero
ambos podríamos decir
que la pasión es el silencio
Ahora lo sé
Evángelos no murió en septiembre
como la palabra en la tinta
lo digo para mí
que espero
Y él
probablemente me susurra:
el mundo es icono de sí mismo
como la palabra en la tinta
desnuda y sola

Jorge Ruiz Dueñas (Guadalajara, 1946). Poeta y narrador. Estudió Derecho y Administración (como maestría) en la UNAM. También hizo estudios de posgrado en Oxford, Inglaterra. Ha sido secretario general de la UAM, gerente del FCE, y director de Tierra adentro (nueva época), del IMER y del Archivo General de la Nación. Entre sus obras destacan Tierra final (FEM, 1980), por la que recibió el Premio Nacional de Poesía Manuel Torre Iglesias; Habitaré tu nombre (Aldus, 1997) y Saravá (Ediciones Sin Nombre/Juan Pablos Editor, 1997), obras por las que recibió el Premio Xavier Villaurrutia. En octubre de 2019 ingresó a la Academia Mexicana de la Lengua, pasando a ocupar la silla XIII.