A mi herida: un cuento, un poema, una canción

Mariana Rubio Zárate

Arte: Renee Grimaldi

Niña blanca afuera de su casa, en la calle de su colonia

árbol-casa construido por infantas con vestidos.

Niña blanca y azul, sudando perfume, en la tarima del salón

saludo dulce y cantado cuyo eco es ignorado.

Miradas como puñales en la blanda carne infantil

vistazo de admiradora y suspiros primerizos.

Uniforme azul que aprieta y contiene las laceraciones;

cortadas graves, otras no tanto; unas tratables en casa, otras no.

¿Por qué sale ella con una mueca en todas las fotografías?

¿qué le duele?, ¿de dónde tanta aflicción?

Aborción inexplicable: rostro arrugado de un segundo a otro

canto ahogado y expulsado por entre las piernas.

Bufanda que cubre la boca rosa enamorada

cuadernos enterrados que contienen confesiones de amor.

Tono de voz distorsionado por la frustración convertida en enojo

niña que grita por inercia porque no conoce sus vocales.

Maltrato a la casa, maltrato a la casa blanca y jovial

manos trabajadoras desechadas como bazofia.

Sueño con mano sanadora de un compañero del salón

resignación suicida que coloca un fino pañuelo en la boca.

Estreñida, niña blanca estreñida, atada de pies a cabeza

¿cuál es su nombre?, ¿cuál es su conjuro?

Ella es deseo, puro deseo; ella es deseo, puro deseo:

pulsación retenida en el estómago.

Su ojo Virgilio se tornó Vigilante: tirana voz deformada

¡Pero si Virgilio es de tono dulce, de sonrisa picaresca!

La niña blanca devino interrupción, devino hombre-herida

¡Dónde el devenir infanta! ¡Dónde el devenir infanta!

Ahora, la mujer grita su nombre: MAAAAAAAR, MAAAAAAAR 

¡Devenir mujer, devenir animal, devenir célula, devenir escritura!

¡Devenir mujer, devenir animal, devenir célula, devenir escritura!

MAAAAAAAR, MAAAAAAAR 

¡La mujer deviene ahora, aquella niña blanca!

Copos de nieve encontrados: se derriten.

¡El nombre que clama y alaba el ejercicio del devenir!

¡El nombre que aclara la voz de la niña blanca!

MAAAAAAAR, MAAAAAAAR 

¡Es el amor, el amor celular de la niña blanca aquello que se vislumbra!

¡Prepararse para la estampida de estrellas que ella trae consigo!

MAAAAAAAR, MAAAAAAAR 

Un funeral a las muecas se realiza ahora: 

resurrección de la flor morada: cristalina mirada.

Surgimiento del sol de agua tibia:

cuerdas vocales invocadas y liberadas.

La niña blanca duerme ahora en la habitación de la Mar

un dragón manso delinea la cama de ellas.

Un águila corona la cabeza de las nuevas deveniras,

de las nuevas estrellas y rosas.

Flota en la superficie del agua, ahora, 

una niña blanca con un caracol en la mano.

¡MAAAAAAAR! ¡MAAAAAAAR: el abrazo tiene nombre

la herida, se cierra al mismo tiempo que el agua toca la arena.


Mariana Rubio Zárate (Oaxaca de Juárez, 1999). Poeta cuyos variados intereses van de cualquier vertiente narrativa (con especial interés en el cuento infantil) al ensayo filosófico, pasando incluso por el diseño de modas. Esta es su primera publicación.