Luis Armenta Malpica

A Karla Sandomingo, por más de tres razones
Con el meteorito que extinguió a los dinosaurios
se crearon los diamantes. Tal moraleja, si
hay, no me concierne. Nos incumbe saber por qué
hasta que muere el fuego se evidencia
la luz de esa palabra, este quehacer humano
que se derrite en brillo y en ceniza. Ciego afán de quienes no
tenemos la estatura de un enano (verdugo o Barrabás) para sumarnos
a una semana laboral más alguien: yo, tú, cualquier velocirráptor
que devore el saber de una manzana y pierda
la vergüenza de verse en el espejo
dormido o despertando en la pregunta
de qué se muere aquí. Esta caza
se ha vuelto tan inhóspita
como el propio silencio agonizante de la lumbre
que fuimos. Para tres estudiantes la esperanza
fue un ácido en sus fotografías: este cine
que nos retiene a oscuras
mientras alguien secuestra y viola y mata
por unos cuantos pesos, un cigarrillo, la droga
de una bestia que viaja desde el sur
hacia el lamento. Todo a ritmo de rap. A ritmo
de promesas y firmas con una pluma fuente
que mantienen la sed, pero no
el agua.
Diluyeron sus cuerpos entre todos.
Demos luz a sus nombres: Javier, Marco, Daniel.
No dejemos de ver. Nunca dejes de oír ese río, aunque diga lo mismo
al desandarlo. Di solución
y aceptamos el sonido apretado
en la garganta. Di no
aunque sientas un golpe que te extingue.
A este relámpago debemos
hacer sombra. No a la antorcha que a veces
sujetamos con nuestra mano libre. A la boca
que para no gritar volvemos
hielo, diamante
o simple
piedra.
Y si no hay qué
decir, levantemos la piedra
(aunque no brille)
abramos nuestros labios
(aun si se desangran)
e impulsemos el puño
(ciclón endurecido)
contra toda galaxia que nos imponga un dios
lejos de la misericordia:
tirano, saurio o rey. Así sea
volver a los orígenes
a la cueva del miedo
a los ojos en blanco.
No por salvar al mundo perdamos
ese trozo de carbón palpitante
que otros nos entregaron.

Luis Armenta Malpica (Ciudad de México, 1961). Poeta, traductor y ensayista. Debido a su extensa obra ha sido galardonado con innumerables premios de los que destaca el Premio de Poesía de Aguascalientes. También le fue otorgada La Pluma de Plata, por su trabajo editorial. Fue ganador del concurso Iberoamericano Pablo Neruda por su obra Nombradía (2000) y el Premio Nacional de Poesía José Emilio Pacheco (2011), entre otros. De sus libros más destacados figuran: The Drunkenness of god (Estados Unidos, 2015), Greetings to the Family (Vaso Roto, España, 2016), por nombrar sólo algunos. En febrero de este año, la Editorial Vaso Roto publicó su poemario llamado: Enola Gay. Actualmente es el director de Mantis Editores.