Aforismos del Lobo Sapiens

Hernán Lavín Cerda

Arte: Verde Agua

E. M. CIORAN
Nos dijo alguna vez,
Subiendo y bajando del aire:
cuando se me ocurre pensar que los individuos no son más que gotas
de saliva que escupe
la vida, y que la vida no vale mucho más
frente a la materia, me dirijo
hacia el primer bar que encuentro
con la intención de no salir nunca más de él.
Y sin embargo, ni siquiera mil botellas me darían el gusto de la utopía, de
esa creencia
en que algo es aún posible.

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Desde siempre, Dios ha escogido todo
por nosotros: hasta nuestras corbatas.

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Mil años de guerras han consolidado
a occidente. Un siglo de “psicología”,
le ha puesto la soga al cuello.

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¡Cuánto me atraen los autores de segunda fila: ¡Joubert, sobre todo!
Esos autores
que por delicadeza, vivieron a la sombra
del genio de los demás, y que renunciaron
al suyo por temor a poseerlo.

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Diariamente converso en privado
con mi esqueleto, y eso jamás
me lo perdonará mi carne.

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En la estupidez existe una gran gravedad
que si fuera mejor orientada,
podría multiplicar la suma de obras maestras.

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Sólo enloquecen los charlatanes
y los taciturnos. O dicho de otro modo:
sólo enloquecen los que se vacían
de todo misterio, y quienes almacenan demasiado.

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Don Quijote representa la juventud
de una civilización. Él se inventaba
los acontecimientos. Pero nosotros
no sabemos cómo escapar a los que nos acosan.

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Fuera de la materia, todo es música:
Dios mismo no es más que una alucinación sonora.

Hernán Lavín Cerda (Santiago de Chile, 1937). Poeta, periodista y escritor chileno, académico de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Ha escrito más de cincuenta libros (Poesía, Cuento, Novela y Ensayo), de entre los que destacan: La altura desprendida (1962), Música de fin de siglo (1998), La sonrisa de Dios (2007). Emigró a México donde inmediatamente se integra en las actividades académicas de la UNAM. Amigo del extinto poeta chileno Pablo Neruda.